Cuando miramos el mundo que nos rodea, ¿lo hacemos realmente a través de nuestros ojos o es nuestra mente la que juega el papel principal en dar forma a nuestra percepción?
En nuestra búsqueda de comprender la naturaleza de la percepción humana, nos encontramos con que no vemos el mundo con nuestros ojos en la forma en que a menudo asumimos.
Este artículo nos llevará a explorar cómo nuestra mente es la lente a través del cual experimentamos la realidad.
Cuando se trata de los sentidos humanos, uno se destaca por encima de los demás: la vista. Esto no significa que sea superior en términos biológicos a los otros sentidos, pues cada uno de ellos cumple su función específica y, en conjunto, nos proporcionan información vital sobre nuestro entorno.
Aún así, el sentido de la vista tiende a tener una posición dominante en nuestra percepción, ya que gran parte de ella se basa en lo que vemos a través de nuestros ojos.
Sin embargo, es crucial comprender que lo que realmente moldea nuestra percepción no son las imágenes en sí, sino la interpretación que nuestra mente hace de ellas.
Este proceso de interpretación puede llevarnos a engaños y malentendidos, lo que demuestra el poder y complejidad de la vista como sentido humano.
Aunque nuestros ojos nos brindan la capacidad de acercarnos visualmente al mundo que nos rodea, es nuestro cerebro -el maestro de la percepción– quién determina cómo interpretamos lo que vemos.
La línea entre sentir y percibir es delgada, son procesos que ocurren casi en simultáneo, lo que significa que no experimentamos el mundo de manera objetiva. En cambio, a través de una especie de velo mental, todo lo que vemos se vuelve interpretable.
Imagina que estás en un bosque y ves una sombra entre los árboles. Tus ojos te muestran una forma oscura, pero tu cerebro, basado en tu experiencia, podría interpretarla como un animal peligroso, lo que te hace sentir miedo antes de que puedas identificar la sombra.
En este caso, tu cerebro, más que tus ojos, está controlando tu percepción y tu reacción emocional ante lo que ves.
El neurocientífico Beau Lotto ha observado empíricamente que “solo el 10% de la información visual que procesamos viene de los nervios ópticos, es información sensorial que ha entrado por los ojos”.
El 90% de las conexiones neuronales que se establecen vienen de otras partes de la corteza cerebral y tienen la función de dar significado a los impulsos sensoriales.
En su libro “Deviate”, Lotto explica que desde la neurociencia, este hecho implica que el verdadero origen de nuestros conflictos no se encuentra en nuestro entorno sino en los filtros internos que usamos para interpretar la realidad que nos rodea.
«Lo que llamamos ‘realidad’ son alucinaciones que asumimos como reales porque todos tendemos a percibirlas de la misma manera.»
Anil Seth
La simultaneidad entre el ver y el interpretar resalta la importancia de conocernos a nosotros mismos. La conciencia de nuestras percepciones recae en el cerebro, aunque no debemos subestimar el papel esencial del cuerpo y sus sentidos.
Nuestro organismo está diseñado para funcionar de manera coordinada, por lo que es esencial comprender que sin la sensación inicial, no tendríamos información alguna para interpretar.
En última instancia, todos los elementos trabajan en conjunto para formar nuestra experiencia y es nuestra mente, con sus creencias, experiencias previas y emociones, la que da forma a la realidad que experimentamos.
Por ejemplo, cuando caminamos por una calle solitaria y desconocida en medio de la noche, es probable que nuestro corazón palpite más rápido y se aceleren nuestros pasos. Sin embargo, si se trata de una calle que hemos recorrido durante muchos años, a pesar de la oscuridad, la familiaridad nos brinda una sensación de seguridad y caminamos con tranquilidad.
Esto significa que la vista nos estaría mostrando lo que nuestra mente anhela ver, convirtiendo la realidad en una experiencia subjetiva.
Los ojos son órganos que nos permiten percibir el mundo en forma de imágenes, pero es vital recordar que esta percepción no siempre refleja la verdadera realidad.
Alguien que creció viendo que sus padres nunca discutían delante de los hijos, cuando tiene su propia pareja tiende a ignorar las discusiones y conflictos esperables, ya que su mente está condicionada por la creencia de que las parejas no discuten ni tienen problemas.
Esto puede distorsionar su percepción de la relación y llevar a no resolver los problemas ya que su atención selectiva se basa en las expectativas basadas en su entorno familiar.
“El pensamiento puede organizar el mundo tan bien que ya no eres capaz de verlo”
Anthony de mello
No es lo mismo ver que observar. Cuando vemos, nuestra percepción está teñida por juicios, comparaciones y nuestra historia personal actúa como un filtro. Por eso mismo, una mirada más consciente invita a una observación más libre, dándonos la oportunidad de desarrollar un punto de vista más objetivo.
Si tomo conciencia, por ejemplo, de que mi rechazo a las personas “pasadas de copas” me hace acordar a mi padre que perdía el control cuando tomaba de más, puedo trascender esa experiencia y mirar con compasión a ambos.
Es posible entrenar nuestra mente para liberarnos de los pensamientos automáticos que surgen en diversas situaciones o conflictos repetitivos.
Esto nos permite adoptar una posición neutral y cultivar una mente inocente, que es el camino para descubrir nuestros condicionamientos inconscientes y mandatos familiares. Así, al identificar nuestras creencias arraigadas, podemos cuestionarlas y comprender mejor cómo influyen en nuestra percepción del mundo.
Tomar conciencia de cómo nuestra mente influye en lo que vemos del mundo es un poderoso acto de transformación. Al hacerlo, podemos cambiar la forma en que nos relacionamos con nuestro entorno.
Cuando allanamos nuestra vista desarrollamos conciencia de unidad y comprendemos que todo tiene su origen en un mismo lugar, que no existen barreras que nos separen.
En consecuencia, nuestros ojos se convierten en simples herramientas para una mente que ha recuperado su visión. El camino hacia esta conciencia visual nos otorga la verdadera libertad.
Si quieres seguir profundizando sobre este tema, puedes acceder a este material en nuestro canal de Spotify y de Youtube:
En este podcast Enric Corbera explica ciertos principios fundamentales para comprender que nuestra percepción es siempre una interpretación subjetiva y, por lo tanto, al tomar conciencia tenemos la opción de cambiarla.
En este video Enric Corbera nos explica cómo lo que pensamos y expresamos se muestra en nuestro entorno. El primer cambio para trascender tus limitaciones y elegir cómo vivir tu vida comienza en tu mente y tus creencias.
Si quieres conocer más acerca del método de la Bioneuroemoción y cómo aplicarlo, tanto personal como profesionalmente, para aumentar el bienestar emocional, síguenos en nuestras redes sociales: YouTube, Instagram, Facebook, Twitter y LinkedIn.
Comparte en los comentarios si te ha resultado interesante este artículo y compártelo a quien creas que le puede resultar útil esta información. ¡Gracias por tu interés!