Transforma tu oscuridad en luz: de la contradicción interna a la claridad mental

¿Qué pasaría si reconocemos que aquello que vemos como un problema, un error que cometimos o un defecto que consideramos tener es, en realidad, una invitación a trascender nuestras limitaciones y miedos?

Imagina convertir esa oscuridad en luz, esos momentos difíciles en experiencias que te permitan conocerte y desarrollarte. En este artículo, vamos a hablar de cómo enfrentar los desafíos y nuestra propia oscuridad para transformar nuestra perspectiva y permitir que brille nuestra luz interior.

El primer paso es reconocer que tenemos conflictos

Todos tenemos batallas internas con las que convivimos a diario y a lo largo de nuestra vida. Algunos, por ejemplo, postergamos decisiones, otros rechazamos las emociones que nos incomodan, los procesos de enfermedad que atravesamos o el de los seres que amamos, porque no comprendemos su sentido.

Quizás sentimos que no estamos viviendo la vida que queremos y seguimos justificándonos para no hacer nada al respecto. Estamos acostumbrados a tapar y evadir nuestra incomodidad por miedo al desorden que sabemos que crearemos a nuestro alrededor.

Sin embargo  ¿cómo iluminar nuestra oscuridad sin antes reconocerla?

Ese es el primer paso, pero necesita de nuestra valentía, porque si queremos experimentar algo nuevo o diferente, el cambio tiene que surgir de nosotros. El camino es de adentro hacia afuera.

Aceptar, por ejemplo, que no es “porque el país está en crisis” que este proyecto personal no termina de ver la luz, sino porque el miedo me paraliza. O que postergo esa conversación incómoda con mi pareja por temor a su reacción y no “porque no encuentro el momento”.

Escuchar la voz del alma

Nuestra voz interna es nuestra aliada, aunque a veces la ignoramos porque no sabemos cómo atenderla. O porque, en realidad, intuimos que escucharla significa reconocer nuestra responsabilidad sobre ella y no siempre estamos dispuestos a hacerlo.

Esto implica temerle a la vida, renunciar a ella antes de empezar el viaje y muchas veces estamos así, muertos en vida. Pero solo podremos encontrar la claridad que buscamos si nos escuchamos y conectamos con nuestras necesidades y anhelos. Ellos serán el motor que nos impulse a crear la vida que merecemos.

Descubre tu luz en las dificultades de la vida

Recordemos que cada dificultad nos exhorta a atravesar las fronteras con que etiquetamos y limitamos a nuestro ser. Por eso en las crisis salen a la luz facetas que desconocíamos de nosotros mismos.

Para transformar nuestra oscuridad en luz es preciso enfrentar a nuestros dragones internos, a nuestras inseguridades y a todo lo que evitamos por no sentir su incomodidad. Evadir  lo que nos sucede nos mantiene en conflicto y es precisamente lo que nos lleva a percibir que nos falta claridad y objetividad.

Podemos reinterpretar nuestro pasado

Hacer frente a los anhelos que nos habitan así como lo que nos da miedo y vergüenza requiere que nos observemos con una mente inocente que no busca culpables, solo hacernos responsables de nuestro bienestar.

Si, por ejemplo, en lugar de llorar por “una herida que traemos de una infancia muy dura”, le cambiamos la etiqueta y la comenzamos a considerar como la oportunidad que la vida nos dio para cultivar la tolerancia y la comprensión, ya no será una parte inaceptable de nuestra historia, sino un evento potenciador. Es cuestión de percepción.

Pero para dar ese paso tenemos que decidir cambiar la posición defensiva a una ofensiva y hacernos cargo del resultado del partido de nuestra vida. Salir del lugar de víctimas y comenzar a ver que solo gracias a que eso está o estuvo en nuestra vida, hoy podemos elegir con plena conciencia.

Eso es poner luz en nuestra oscuridad.

Iluminar los rincones oscuros de nuestra vida

Poner luz en nuestras experiencias tiene que ver con otros. No tiene que ver con nuestros padres ausentes, violentos o sobreprotectores, con la pobreza o riqueza en la que nos criamos, con la enfermedad que tuvimos que atravesar.

Tiene que ver con comenzar a reconocer que, en realidad, nuestra oscuridad (nuestras carencias, errores, defectos y heridas) es la resistencia que ponemos a cambiar, a dejar entrar la luz, porque viene en forma de caminos nuevos e inesperados .

Querer que las cosas externas cambien, pero que nosotros sigamos igual es lo que nos mantiene en el conflicto.

Para ello tenemos que ser honestos con nosotros mismos, porque a veces aparentamos que todo está bien y no nos damos cuenta que al hacerlo nos convertimos en un cascarón vacío y frágil. Adormecer nuestras necesidades es lo que nos impide avanzar y no al revés.

Poner luz es comprender con otra conciencia lo que nos sucede. Equivale a dejar de culpar a los demás por lo que nos sucede, observar lo que hay y, aunque lo juzgamos como  doloroso o difícil, tomar la responsabilidad que nos corresponde. Hacerlo nos permitirá recobrar el equilibrio y nuestro bienestar.

La valentía que buscamos aún reside en el corazón

Somos más valientes de lo que pensamos, prueba de ello es que hoy estamos ante nosotros mismos, intentando reconstruirnos. Quizás los caminos que atravesamos fueron difíciles y por momentos nos sentimos solos, pero algo es cierto: superamos grandes desafíos y nos levantamos cada vez que nos caímos.

Todos, en mayor o menor medida, tenemos contradicciones internas y nos enfrentamos a ellas con más frecuencia de lo que creemos. La clave es atrevernos a navegar conscientemente en lo más profundo de nuestro ser para poner luz y conciencia a nuestros juicios.

Algunos ejemplos:

Hay quienes tienen miedo al compromiso en pareja y, sin embargo, se atreven a comenzar una nueva relación. Otros, después de años de convivencia, se separan porque decidieron atender a sus necesidades aunque eso signifique hacer frente a la soledad.

Están los que descubren que, como padres, se parecen a sus propios padres y no solo en lo que admiran de ellos, sino también en lo que más les molesta. Ponerse en los zapatos de sus padres les permite tener otra perspectiva y la oportunidad de transformar su relación.

Descubre la luz de tu adversidad

Reconocer la oportunidad que la vida ofrece ante cada crisis es preguntarse: ¿qué me está mostrando la vida? ¿Qué aprendizaje me invita a hacer? ¿Para qué repito la misma historia?

Para ello es necesario tomar conciencia de las creencias que hoy siguen condicionando nuestra forma de reaccionar y de interpretar nuestro mundo.

Esto es poner conciencia, mirar con una nueva luz cada historia que vivimos y tomar las riendas de nuestra vida.

Lo que llamamos oscuridad es ausencia de conciencia. Pero, gracias a esto reconocemos la necesidad de conectar con nosotros mismos, reflexionar y transformarnos. Después de todo, el viaje hacia nuestro interior es una invitación a dejar morir viejos hábitos y juicios para desapegarnos de las creencias que nos limitan y mirar con nuevos ojos cada historia vivida.

La poeta Lisel Mueller describe muy bien este viaje:

«A veces, cuando la luz incide en extraños ángulos y te devuelve a la infancia deambulando por una mansión desvencijada… sabes que allende ese muro, bajo la indómita cabellera de los sauces persiste algo secreto, tan maravilloso y peligroso que si te adentraras y contemplaras morirías… o serías feliz por siempre.»

Si quieres seguir profundizando sobre este tema, puedes acceder a este material en nuestro canal de Spotify y de Youtube:

En este podcast Enric Corbera nos propone manejar la incertidumbre a través de la autoconfianza y el desarrollo de la conciencia. ¿Reconoces qué necesitas para dar un salto al vacío?

En este vídeo David Corbera explica las premisas fundamentales que hacen de la Bioneuroemoción un método único para superar las dificultades ¿Te atreverías a transformarte y experimentar plenitud en tu vida?

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