Podcast: Gestionar tus crisis para transformar tu vida
En este episodio, Víctor Villalobos habla de aprovechar la energía que generan nuestras emociones para transformar las crisis en una oportunidad que cambie nuestras vidas.
En el vaivén natural de la vida encontraremos momentos de estabilidad y momentos de inestabilidad y caos que nos invitan al cambio. En estas etapas de transformación, que se caracterizan por los desafíos, la incomodidad y la incertidumbre, podemos sentir que estamos en crisis.
Cuando percibimos las crisis solo como algo negativo, nos impedimos ver que detrás de ellas existe una oportunidad de reinvención.
Aunque el teletrabajo, en general, pareciera ofrecer más flexibilidad e incrementar el grado de satisfacción laboral, para muchas personas ha supuesto un cambio que no esperaban y, por tanto, una crisis.
En este artículo vamos a ver que la problemática generada por la imposición del teletrabajo puede ser experimentada como una excelente oportunidad para reinventarnos, para dar la vuelta a lo que no nos ha funcionado hasta este momento en nuestras vidas. Veremos también cómo podemos afrontar los cambios de una manera constructiva, tanto en aspectos personales como profesionales.
Con la llegada de la pandemia y el confinamiento, muchas empresas han implementado el teletrabajo, lo cual nos ha impulsado a que reinventemos nuestra manera de trabajar, afectando la rutina diaria y la forma de interactuar y relacionarnos en otros ámbitos de la vida.
Independientemente de que consideremos estos cambios más o menos beneficiosos, nos exigen que nos adaptemos a una nueva realidad y, por tanto, suponen un reto para la estabilidad emocional.
Todos conocemos a personas que se adaptan de una forma creativa y rápida a los cambios, incluso cuando estos son inesperados. Esto nos invita a reflexionar sobre la importancia que tiene nuestra actitud frente a lo que sucede en nuestra vida.
La situación actual pone de manifiesto la necesidad de reinventarnos, tanto a nivel social como individual.
Quién más quién menos, ante los cambios que supone el teletrabajo, se ha visto en la necesidad de recolocar aspectos de su vida, no solo en lo externo, a través de la modificación de hábitos y comportamientos, sino especialmente en lo interno.
La transformación interna se produce mediante el cambio de creencias, pensamientos y emociones, ya que es ahí donde reside el poder personal para transitar de mejor manera el cambio.
«Abundantes beneficios les esperan
a quienes encuentran la oportunidad en la crisis»
– Horacio
Aquellos que vean esta situación de cambio como una desgracia ante la cual resignarse, se mantendrán en una actitud pasiva y victimista que les impedirá evolucionar y adaptarse de una manera saludable a su nueva realidad.
Sin embargo, si adoptamos una actitud abierta y de curiosidad por lo que está por venir, el miedo se transformará en motivación y, al observar la nueva situación llegaremos a identificar la oportunidad implícita y a descubrir los beneficios que podemos obtener a través de las dificultades.
Es importante recordar que ahí donde vemos un problema, hay una oportunidad de mejora y, por tanto, un espacio para la transformación.
Entonces, la actitud que adoptemos ante los desafíos no solo influirá en los resultados, sino también en nuestra manera de experimentar todo el proceso de crecimiento y evolución personal.
Podemos sufrirlo o disfrutarlo. Es decir, podemos utilizar el miedo como excusa y resistirnos al cambio, o como impulso para descubrir y desarrollar nuevas facetas de nosotros mismos.
Para muchas personas, la implementación del teletrabajo durante la pandemia, ha supuesto un acercamiento brusco a una forma de trabajar que no habían experimentado y que les ha enfrentado a nuevos desafíos para los cuales no se sentían preparadas.
Por ejemplo, la fusión del espacio personal con el laboral puede desatar conflictos familiares o bien, en otros casos, se puede presentar la sensación de aislamiento social, debido a que la interacción en persona disminuye drásticamente con el uso de la tecnología.
También, pueden generarse gran variedad de conflictos relacionados, entre otros, con nuevos requerimientos, incremento en la carga de trabajo, conflictos interpersonales, problemas de liderazgo, dificultades con el manejo de la tecnología o sobrecarga por la conexión digital continua.
Tantos cambios inesperados pueden hacer que percibamos el entorno como amenazante. Cuando esto sucede, para poder adaptarnos, se activa automáticamente la respuesta fisiológica del organismo que denominamos estrés, provocando que nuestras emociones y sentimientos se movilicen.
Así, la ansiedad, la irritabilidad, la preocupación, el enojo, la frustración, la angustia, la impotencia o el miedo son algunas de las emociones y sentimientos que se hacen presentes al interpretar que, los cambios a los que nos invita el teletrabajo suponen una amenaza.
Las emociones que experimentamos en un momento dado no son ni buenas ni malas en sí mismas, sino que son necesarias para adaptarnos a entornos cambiantes e inciertos, ya que nos informan de cómo estamos percibiendo lo que sucede en cada momento.
Es decir, la manera en que percibimos las situaciones, es lo que determina nuestras reacciones. Por tanto, una práctica que nos permite transformar cómo nos sentimos y, por tanto, enfrentar de mejor manera las dificultades laborales y familiares que se presentan con el teletrabajo, es el cambio en nuestra forma de ver y entender las cosas.
En consecuencia, no se trata de rechazar o evitar las emociones que etiquetamos como “negativas”, sino de atenderlas y utilizarlas en el momento que aparecen. Si lo piensas, cada emoción te está invitando a percibir la situación de una manera diferente, lo cual abre tu mente a nuevas posibilidades de experimentar lo que sucede.
Así, con una actitud de aceptación y apertura, todas las emociones tienen la capacidad de guiarnos en la travesía que supone afrontar los desafíos que nos presenta la vida y, a través de los cuales, podemos salir fortalecidos.
Una gran parte de nuestra vida la pasamos trabajando, lo que incrementa las posibilidades que tenemos para aprender de lo que nos ocurre en ese entorno. Y, como hemos visto, sea que nosotros lo busquemos o no, el cambio es inevitable pero tenemos la opción de verlo como una oportunidad de reinvención.
El teletrabajo nos ha conectado con conflictos emocionales que requieren atención. Es decir, nos ha permitido ver en qué aspectos de nuestra vida debemos enfocarnos para evolucionar e incrementar nuestro bienestar.
Desde está visión, comprendemos que las dificultades que nos presente el teletrabajo, nos impulsan a aprender, a relacionarnos de otras maneras, a mejorar la comunicación, a identificar y gestionar las emociones, a establecer objetivos y límites sanos, a buscar el equilibrio entre la vida personal y laboral, y a aprender y desarrollar aspectos propios que permanecían latentes.
“La adversidad tiene el don de despertar talentos que en la prosperidad hubieran permanecido dormidos.”
– Horacio
El cambio es una oportunidad para reinventarnos, aprender cosas nuevas, actualizar o descubrir recursos personales, desarrollar habilidades y descubrir capacidades.
En los momentos más difíciles, recordemos que detrás de todo desafío hay un aprendizaje y podemos aprovechar el impulso del cambio para ser una mejor versión de nosotros mismos, que permanezca fiel a nuestra esencia, dejando atrás todo aquello que no funciona, que es obsoleto y que nos impide desarrollarnos.
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Hemos visto que los momentos de cambio nos brindan la oportunidad de observar nuestros pensamientos y emociones para identificar cómo influyen en la experiencia que estamos teniendo.
La autoconciencia es la habilidad que nos permite hacernos conscientes de cómo nos sentimos, del diálogo interno que se activa y de nuestra manera de funcionar frente al cambio, con el objetivo de poder dirigir nuestros pensamientos y acciones para mejorar y lograr nuestras metas.
Esta capacidad se puede aprender y desarrollar a lo largo de nuestra vida. Y nos enseña que, quién sea capaz de verse a sí mismo y de cuestionarse, abrirá el camino para encontrar nuevas formas de pensamiento y comportamiento que le llevarán a otros resultados.
Por tanto, conocerse a uno mismo y estar dispuesto a realizar cambios internos resulta clave para crecer, ser flexible y adaptable.
“En tiempos de cambio, quienes estén abiertos al aprendizaje se adueñarán del futuro, mientras que aquellos que creen saberlo todo estarán bien equipados para un mundo que ya no existe.”
– Eric Hoffer
Evoluciona quien se acomoda mejor a las nuevas circunstancias y para lograrlo hay que mirar hacia uno mismo y preguntarse:
¿Qué puedo aprender de lo que estoy viviendo?
¿Qué necesito cambiar en mi?
Reconocer nuestros estados internos, nos ayuda a identificar patrones de pensamiento y comportamiento que no nos sirven y que podemos cambiar.
Observar y reflexionar sobre nuestros pensamientos, creencias y emociones nos permite darnos cuenta de lo que ocurre en nuestro interior y descubrir el sentido que se encuentra oculto en cada situación, para hacer frente a las circunstancias de una manera más adaptativa.
Algunas claves para adaptarse a una realidad cambiante de una manera equilibrada y constructiva las encontramos al incrementar la autoconciencia que, a su vez, aumenta el autoconocimiento que nos permite conectar con nuestros recursos y habilidades, y también con las limitaciones y bloqueos que nos condicionan y reduce nuestras posibilidades de desarrollo.
Solo podemos transformar aquello de lo que somos conscientes . Así, elevar nuestro nivel de conciencia nos capacita para eliminar las barreras que nos limitaban y abrimos paso a múltiples posibilidades que antes no podíamos ver.
De este modo, podemos experimentar, descubrir y desarrollar nuevas formas de relacionarnos, con nosotros mismos y con los demás; generando dinámicas diferentes que renovarán y mejorarán nuestra calidad de vida.
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La vida es cambio, es movimiento y transformación. Si todo permanece estático no hay posibilidades para mejorar.
Los conflictos emocionales que pueden haber surgido a raíz de la implantación del teletrabajo nos ofrecen la oportunidad de cambiar aquello que no funciona en nuestra vida, para trascenderlo e integrarlo en beneficio de nuestro bienestar, potenciando nuestro desarrollo personal y profesional.
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