Más allá de los límites de nuestro cuerpo, existe una conexión entre nosotros y lo que nos rodea, somos un todo. Estamos vinculados en una unidad, en la que cada aprendizaje individual supone una ventaja evolutiva para la especie.
Vivir desde una conciencia dual, en la que nos sentimos separados, nos impide reconocer la influencia que tenemos en lo que nos sucede, lo que empeora nuestra calidad de vida. En esta conexión Enric Corbera nos habla sobre la importancia de reconocer la conciencia de unidad, para convertirnos en la solución que solemos buscar en el exterior.
En este vídeo, extraído del seminario «Bienestar físico y salud emocional», Enric Corbera explica qué es la conciencia de unidad y comparte las claves fundamentales para poder implementarla en nuestro día a día.
Nunca estuvimos separados, todo está relacionado con todos. Desde la antigüedad se ha contemplado la idea de que estamos todos de alguna forma conectados por una especie de matriz, como sugirió Max Planck a la hora de recibir el premio Nobel de Física en 1944. Un campo de inteligencia universal que sustenta toda la materia y el mundo que percibimos como real.
Según Nassim Haramein, físico recientemente galardonado con el premio Einstein: “Un espacio holofractográfico es lo que da forma a todo constantemente, nos rodea, nos penetra y mantiene unida la galaxia”.
En esta línea, el Premio Nobel danés Gerard T´Hooft, y el físico de la Universidad de California Raphael Bousso, afirman que el origen de la naturaleza podrían haber sido únicamente unos paquetes ultra-pequeños de información pura. Una información que ha ido expandiéndose desde el Big Bang y diversificándose hasta convertirse en los datos que generan nuestra realidad espacio/temporal actual.
Según el principio holográfico, no puede haber separación entre ninguna de las manifestaciones del universo, ya que son expresiones de la misma información. Estudiar cada una de las ciencias, cada parte de la manifestación del universo, como si no tuvieran relación entre sí, nos impide comprender la realidad en su totalidad.
La física nos enseña cómo está estructurado el mundo. Nos da explicaciones y predicciones de cómo funciona todo lo que nos rodea, empleando leyes que explican el mundo físico. nuestro universo particular y el universo en general; aunque tanto la física clásica como la física cuántica suelen ser aplicables únicamente en su propia escala de la realidad: el macrocosmos o el microcosmos.
Sin embargo, la física cuántica podría ser el soporte de todas las demás ciencias (biología, psicología, química…), lo que entrelazaría y daría cohesión a este «Todo» aparentemente separado en partes inconexas.
Todo lo que hay en el universo es información. Esta información se expresa a través de las partículas subatómicas que conforman nuestro cuerpo y los demás objetos sólidos.
Rupert Sheldrake, investigador bioquímico británico, explica en su libro “Una nueva ciencia de la vida” (1981) una de las hipótesis más revolucionarias de la biología contemporánea: la Resonancia Mórfica. En ella habla de la idea de que las mentes de todos los individuos de una misma especie –incluido el ser humano- se encuentran unidas, formando parte de un mismo campo mental planetario.
De este modo si un individuo de una especie animal aprende una nueva habilidad, les será más fácil aprenderla a todos los individuos de dicha especie. Y cuantos más individuos la aprendan, tanto más fácil y rápido les resultará al resto. Cuando se alcanza la masa crítica de aprendizajes en el campo, entonces se convierten en habilidades innatas de la especie.
“Cada especie animal, vegetal o mineral posee una memoria colectiva a la que contribuyen todos los miembros de la especie y a la cual conforman”.
Rupert Sheldrake.
Existe un campo mental planetario que une a todas las especies en general, y a cada una en particular.
La idea de campo mórfico de Rupert Sheldrake es similar al concepto jungiano de inconsciente colectivo. Para Carl Gustav Jung el inconsciente colectivo es algo que constituye y estructura la experiencia humana más allá de las circunstancias personales de cada persona. Explica los sueños y símbolos similares entre sujetos que viven en diferentes tiempos y culturas.
Por ejemplo la mayoría de las cosmogonías (las narraciones míticas o modelos sobre el origen y la evolución del universo) que han existido desde tiempos ancestrales, son muy similares unas a otras. Esta similitud procedería precisamente del inconsciente colectivo o el campo mental que todos compartimos.
David R. Hawkins ya explica, en su libro Trascender los niveles de Consciencia, que “el campo intemporal de la Consciencia es permanente y, por lo tanto, registra todo lo que ha ocurrido dentro del tiempo/espacio/evolución. […] este campo infinito es omnipresente, omnipotente, omnisciente, y solo puede ser identificado como el absoluto, […]
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Todo en el universo, incluyendo un pensamiento pasajero, queda registrado para siempre en el campo intemporal de la Consciencia, que está igualmente presente por doquier. Y todo lo que ha ocurrido, bien físicamente o en el pensamiento, está igualmente disponible, porque el campo está más allá del espacio y del tiempo.”
Los campos morfogenéticos reverberan a lo largo de las generaciones con una memoria inherente que acumula la experiencia de la humanidad, en lo que el psicólogo Carl Gustav Jung llamaba Arquetipos.
Cada uno de los seres humanos de este planeta recibe una cultura, una familia y un contexto determinado que le permite desarrollarse dentro de dicho sistema. Nutriéndose de la información que necesita para sobrevivir, y aportando nueva información resultante de sus propios aprendizajes.
El nivel de conciencia de los seres humanos ha ido evolucionando en la misma medida que el Campo de Consciencia recibía nuevas informaciones. Hay muchos autores renombrados, entre los cuales destacan el Dr. Máximo Sandín, el Dr. Bruce H. Lipton y el Dr. Hawkins, que resaltan la importancia de una evolución, basada en la colaboración y la reciprocidad.
La Bioneuroemoción aboga y comprende que todo está interrelacionado, y trata a las personas como un todo, que forma parte de un sistema que va más allá de su propia persona física. Por lo que, para entender sus comportamientos e incluso las modificaciones orgánicas que pueda experimentar, es imprescindible tener en cuenta las relaciones que establece con su entorno.
La Bioneuroemoción propone un cambio en nuestra forma de pensar, para dejar de sentirnos separados de los demás y darnos cuenta que siempre fuimos colaboradores de nuestra evolución. Esta metodología se fundamenta en la aplicación de la conciencia de unidad y ofrece claves y herramientas para poder implementarla en el día a día, con el objetivo de influir en la propia vida, reducir el nivel de estrés, favorecer el bienestar emocional y aumentar la paz interior.
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