El clásico abordaje de la naturaleza humana desde el punto de vista del género suele eludir el gran valor que tiene reconocer la energía femenina y la energía masculina que cada uno de nosotros portamos.
Porque la cosa va mucho más allá del sexo que nos identifica físicamente. Son dos fuerzas ancestrales que necesitamos en diferentes momentos de nuestra vida ya que cada una nos aporta herramientas diferentes que nos impulsan a escucharnos, amarnos, a salir al mundo y compartir nuestros dones.
En este artículo abordaremos cómo la integración de los atributos masculinos y femeninos nos permitirá un desarrollo más amplio y completo.
El equilibrio y la igualdad de género que queremos ver en el mundo, inicia por el reconocimiento y el equilibrio de estas dos energías en nuestro interior. “Masculino” y “femenino” son complementarios.
Así como el día y la noche, el yin y el yang, uno no puede existir sin el otro y juntos forman una unidad. Nosotros mismos somos la expresión de esa unidad, por eso es que todos albergamos a nuestro padre y a nuestra madre en nuestro interior.
» El equilibrio entre lo masculino y lo femenino es una danza sagrada que nos lleva a la plenitud y la realización personal.»
Shakti Gawain
Según la psicología analítica fundada por Carl Gustav Jung, el “Ánima” es la parte femenina que se encuentra en el hombre y el “Ánimus” es la parte masculina que se encuentra en la mujer.
Ambas son los pilares del desarrollo de la personalidad de cualquier ser humano, independientemente de su género.
«Masculino y femenino son diferenciaciones de la energía del Ser, presentes tanto en hombres como en mujeres.»
Cuando hablamos de energía hablamos de impulsos, no de géneros.
La energía femenina, cuando está equilibrada, se caracteriza por estar conectada con la intuición, con el mundo interno, con la calidez y el cuidado. Ella nos enseña a ser receptivos con la vida y conectar a nivel emocional con los demás.
Para saber si tenemos integrada esta energía podemos preguntarnos, por ejemplo:
¿Soy capaz de motivarme a mí misma /o?
¿Acepto el contacto físico y emocional? ¿Abrazo, me dejo abrazar o me siento incómodo/a ante la cercanía?
Cuando esta energía está equilibrada nos invita a salir al mundo. Se caracteriza por enfocarse en lo externo, en cumplir proyectos, en hacer realidad los sueños, en permitirse decir lo que se piensa, es asertiva.
Para saber si tenemos esta energía integrada podemos preguntarnos, por ejemplo:
¿Puedo dar estructura a mis planes y metas, y mantenerlos en el tiempo?
¿Me comprometo en mis relaciones de pareja, amistades o proyectos? ¿Cumplo con mi palabra?
Actualmente hay quienes todavía actúan según lo que su cultura o su familia espera de los roles de género. Asimismo, la desigualdad entre hombres y mujeres trajo consigo reclamos y resentimiento entre ambos géneros.
Este proceso cultural, no obstante, expresa un importante proceso de comprensión de la naturaleza humana, de toma de conciencia de su dignidad y equidad. También manifiesta la diversidad de expresiones que puede tener una persona al sentirse más libre de hacerlo.
Sobre todo, impulsó el reconocimiento de que cada uno de nosotros portamos en nuestro ser más profundo tanto la energía femenina como la masculina.
En la búsqueda de su expresión más plena, podemos preguntarnos: ¿Quién soy en mi rol femenino? ¿Quién soy en mi rol masculino?
La vida siempre nos impulsa a integrar aquello que más juzgamos y lo solemos encontrar en las personas con las que nos relacionamos.
Cuando, por ejemplo, nos molesta algo de nuestra pareja, sea hombre o mujer, o le adjudicamos la culpa de todo y la quitamos del medio. Los vínculos de pareja son primordiales para que no se nos olvide de que todo eso también tenemos que integrarlo y recuperarlo.
Observar el rechazo o resentimiento que guardamos hacia los hombres o las mujeres (incluidos nuestros padres) nos permite ver qué energía nos falta reconocer y activar.
Reconocer que lo que le criticamos tiene que ver con nosotros mismos nos permitirá integrarlo psíquicamente y avanzar hacia el bienestar personal.
Estamos desconectados los unos de los otros porque ni siquiera nos reconocemos a nosotros mismos.
Actuar para responder a lo que se espera de nosotros generó una brecha con nuestro ser, con nuestro yo auténtico. Y ese distanciamiento y desconexión se refleja también en la desigualdad de género, así como en cualquier tipo de desigualdad entre las personas.
Por eso la pregunta más importante es quién quiero ser yo. No, qué esperan los demás de mí en cada situación, en los diferentes roles de mi vida, ya sean profesionales, en la familia o en la sociedad.
«Hay en ti una presencia que siente y que piensa con total libertad.»
Susana Carrazco
Se trata de reconocer nuestras energías y equilibrarlas. A partir de este reconocimiento, aceptación y equilibrio podemos reconocer y aceptar a los demás.
Cada uno de nosotros tenemos energía femenina y masculina, más allá de la expresión física de nuestro cuerpo. Son los dos pilares de nuestra mente, son los dos hemisferios de nuestro cerebro y son las dos polaridades que rigen nuestra vida.
En la medida en que nos podamos acercar a esa integración plena, en esa misma medida podremos gozar de salud y de bienestar en todos los sentidos. Reconocer a ambas y aprovechar el potencial de cada una nos permitirá ser más equitativos, igualitarios y respetuosos, tanto con nosotros mismos como con los demás.
Reconciliarnos con estas energías y perdonar lo que hemos rechazado nos llevará a establecer una relación más saludable con nuestro entorno. Sobre todo, nos permitirá desarrollarnos y abrazar la vida con todos sus matices.
Si quieres seguir profundizando sobre este tema, puedes acceder a este material en nuestro canal de Spotify y de Youtube:
Enric Corbera explica cómo los conflictos de pareja nos permiten aprender algo de nosotros mismos, pues son aspectos de nuestra personalidad que tenemos escondidos en nuestra sombra y que no nos permitimos expresar.
En este video, David Corbera nos explica de qué modo hemos de integrar nuestra energía complementaria para encontrarnos con nosotros mismos.
Si quieres conocer más acerca del método de la Bioneuroemoción y cómo aplicarlo, tanto personal como profesionalmente, para aumentar el bienestar emocional, síguenos en nuestras redes sociales: YouTube, Instagram, Facebook, Twitter y LinkedIn.
Comparte en los comentarios si te ha resultado interesante este artículo y compártelo a quien creas que le puede resultar útil esta información. ¡Gracias por tu interés!