¿Alguna vez te has preguntado qué te lleva a enamorarte de hombres mayores? Detrás de cada elección amorosa, incluso las que parecen inexplicables, se esconden pistas sobre nuestras necesidades, carencias y deseos más profundos.
¿Podría ser que, al elegir una pareja con una diferencia de edad significativa, estemos buscando algo más que amor? Cómo reflejan lo que necesitamos entender sobre nosotros mismos.
El enamoramiento es un proceso inconsciente, nunca decidimos deliberadamente de quién enamorarnos. Es una reacción visceral que inunda nuestro cuerpo y nos hace «sentir mariposas en el estómago».
Cuando nos enamoramos de alguien mayor que nosotros, nos referimos a relaciones donde la diferencia de edad es significativa. A mayor exceso, más evidente será la información que contiene.
«El amor no necesita ser perfecto, solo necesita ser verdadero»
Marilyn Monroe
Parte del proceso de autoconocimiento pasa por identificar nuestras tendencias inconscientes. A menudo, cuando creemos amar a alguien, nos enamoramos de aspectos de nuestra propia personalidad que reprimimos y que la otra persona nos muestra.
Las relaciones de pareja, desde este punto de vista, son un proceso mediante el cual nos relacionamos con alguien para recuperar aspectos inconscientes de nuestra personalidad. Así, buscamos completarnos como individuos.
Independientemente de que cómo haya sido nuestro padre biológico, todos tenemos una imagen interna de lo que es o debería ser un padre. Esto es lo que se llama una imagen arquetípica.
Esta figura arquetípica puede influir en nuestra elección de pareja y lo podemos reconocer revisando las situaciones que hemos experimentado de niños o adolescentes. Por ejemplo:
Es posible que, de pequeños, no hayamos tenido papá o hayamos tenido un padre ausente.
Quizás nuestra propia madre se haya interpuesto en la relación directa con papá y queramos recuperar ese vínculo.
O al revés, que hayamos tenido una relación muy cercana con nuestro padre y, avanzados en la edad adulta, no hayamos integrado aquellos aspectos que la figura paterna nos aportó, buscándolos en otras personas.
No existe una única razón, sino tantas posibilidades como casos existen.
Todos los aspectos paternales o maternales que no son cubiertos durante nuestra infancia conforman una serie de carencias que intentaremos suplir a través de nuestras relaciones interpersonales. Esto se hace muy evidente en los vínculos románticos.
Por eso, en este tipo de pareja amamos las características que asociamos inconscientemente con una persona mayor que nosotros. La madurez y el desarrollo que se le supone, podrían, por ejemplo, cumplir la función de que la mujer se sienta segura y protegida.
En última instancia, no es cuestión de edad, sino de resonancia. Cuando dos personas establecen una relación, su información se complementa para dar equilibrio a la pareja.
Como cualquier tipo de relación, las dificultades que podamos tener en la interacción van mucho más allá de la diferencia de edad, cultura, religión o raza. Ninguna relación es disfuncional o indeseable simplemente por los atributos de sus integrantes.
Si queremos entender hasta qué punto una relación puede o no ser constructiva, tenemos que observar cuestiones más básicas como las emociones que suscita. El respeto mutuo que se genera en la pareja y lo que supone uno para la vida del otro son indicios de la calidad de la relación, no la edad de cada uno.
No existe un modelo de pareja ideal, ya que cada combinación de dos seres puede tener objetivos y necesidades diferentes. Sin embargo, cuando existe la inquietud de comprender si una relación es o no beneficiosa para nosotros, merece la pena indagar en el origen de dicha intranquilidad.
En nuestras relaciones expresamos creencias, lealtades y diversas necesidades que afloran desde nuestro inconsciente. Así, cada relación es una oportunidad de aprendizaje, evolución y cambio.
Para que este proceso alquímico tenga lugar, es necesaria una disposición abierta y una observación consciente.
Existen muchas creencias acerca de las relaciones: “No se debe volver con un ex”, “De mayor o a partir de determinada edad, uno ya no se enamora”, “La diferencia de edad es una barrera insalvable”.
Todas estas creencias están basadas en experiencias particulares y, en ocasiones, acaban suponiendo más limitaciones que ayuda. Es importante aprender de las experiencias ajenas, pero, sobre todo, entender que cada camino es particular.
Todas nuestras relaciones sirven para conocernos mejor. Identificar las carencias emocionales que suple nuestra pareja es el primer paso para establecer una relación basada en el amor y no en la necesidad.
¿Qué es lo que me atrajo de él cuando lo conocí? Reflexiona si estas características representan algo que deseas desarrollar en ti misma.
¿Cómo me siento acerca de mí misma cuando estoy con él? Examina si buscas validación, seguridad o pertenencia a través de esta relación.
¿Qué rol ocupa él en mi vida? ¿Podría estar buscando en esta relación algo que necesité de mi padre y no obtuve? Reflexiona si esta dinámica reproduce experiencias o carencias de tu infancia (tal vez un protector, un mentor o una figura paternal).
¿Estoy intentando compensar o evitar algo que vi en la relación entre mis padres? Por ejemplo, si creciste en un ambiente conflictivo causado por el vínculo entre tus cuidadores, podrías buscar en tu pareja una compensación a esa experiencia.
¿Existen patrones similares en las relaciones de las mujeres de mi familia? Pregúntate si tu madre, abuelas, tías, etc. tuvieron relaciones con hombres mucho mayores o figuras que simbolizan autoridad.
¿Qué valores o creencias familiares tengo sobre las relaciones y las edades? Considera si en tu familia se ha hablado de «buscar estabilidad» o «encontrar a alguien que te cuide» como ideales.
«La relación más importante que jamás tendrás es la relación contigo mismo»
Steve Maraboli
Cada relación que elegimos tiene un propósito, una enseñanza que puede guiarnos hacia una mejor versión de nosotros mismos. Reconocer lo que valoramos en quienes nos atraen, como la seguridad, la sabiduría o la tranquilidad, es una invitación a descubrir esas cualidades dentro de nosotros.
Aprovechemos cada encuentro como una oportunidad para crecer, sanar y conectar con nuestra propia esencia.
Si quieres seguir profundizando sobre este tema, puedes acceder a este material en nuestro canal de Spotify y de YouTube:
Enric Corbera describe, en este pódcast, qué define a una relación coherente, equilibrada y saludable. ¿Qué podemos hacer para empezar a vivir nuestra situación de pareja desde el amor en lugar de la dependencia?
En este video, David Corbera explica qué partes de nuestra pareja nos pueden complementar y qué información expresan de nosotros mismos. ¿Qué relegas en tus relaciones románticas?
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Realmente me ha servido de mucho. Esclarecedor y abarcador, no absolutista. Me encantó
Buenos días, artículo muy interesante.
Entiendo que también es válido para las relaciones en las que es la pareja del hombre la que es mucho más joven.
Gracias.
Así es Miguel Ángel, muchas gracias por dejarnos tu comentario. Un abrazo!
Muy buenos artículos.El hecho de enamorarme en mi caso de una persona mayor ha sido primero que me atrae,me da seguridad,no es inmadura y sabe para dónde va.Tiene los pies en la tierra,eso puedo decir de un hombre que hoy en día lo añoro y lo deje por otro hombre que nunca valió la pena…en fin ….
Es siempre un privilegio leer tus artículos y ver tus vídeos Enric , fascinante , me sorprendo como por más que crea entender del tema , aprendo y desaprendo cosas con tu información y educación para nosotros tus seguidores .
Gracias por siempre con respeto y cariño «