Las promesas de la autoayuda: ilusión o realidad del desarrollo personal

20 noviembre 2024

La autoayuda proliferó estas últimas décadas con propuestas y métodos tan diversos como creativos, logrando que se popularice la búsqueda del bienestar emocional y personal.

En muchos casos expresa promesas que no tienen en cuenta la complejidad de la psique humana y la responsabilidad individual que implica cualquier camino de desarrollo personal.

Miremos algunas de estas promesas engañosas con una comprensión más holística.

 

A qué se refiere la autoayuda

Al principio, el concepto se usaba para libros con recetas simples sobre éxito, salud y bienestar. Con el tiempo, se amplió a herramientas más complejas.

Hoy abundan los talleres, seminarios, terapias y métodos que promueven la “superación personal”, mediante la adopción de conceptos psicológicos y espirituales muy eclécticos.

 

“Religión es creer en la experiencia de otra persona. Espiritualidad es vivir tu propia experiencia.”

Deepak Chopra

 

Creer que algo o alguien puede resolver nuestros problemas

Una de las características de esta ola es la creencia de que una autoridad externa tiene el conocimiento de “la verdad”, siempre acierta y sabe qué es lo mejor para cada uno. Se arroga la capacidad de darnos la solución que necesitamos.

De este modo, nos mantenemos en una postura infantilizada y victimista, en la que no validamos nuestra propia experiencia ni reconocemos nuestra sabiduría interna. Ignoramos nuestra capacidad de transformar nuestra vida.

De manera inconsciente, le damos todo el poder al terapeuta, al coach, al sacerdote o al líder. Pero podemos valorar el aporte de las diferentes disciplinas sin perder el pensamiento crítico.

 

 

«Eres especial»

Muchas propuestas del ámbito de la autoayuda se basan en la promoción ególatra del individuo: “Naciste para ser un ganador porque fuiste el espermatozoide más rápido”, “Estás aquí para un propósito especial”, son frases típicas.

Suelen situarse por encima de los demás, sobre todo de los que no estarían en un proceso de “despertar” –término utilizado con frecuencia en este ámbito-.

A todo el que no es como ellos lo ven como un enemigo o como una amenaza ante la que deben defenderse.

 

Consecuencias de creencias rígidas

«Soy espiritual» o «soy vegano» son ejemplos de afirmaciones que indican posicionamientos basados en creencias que, en principio, no son “buenas” ni “malas”. Sin embargo, si las personas se aferran a ellas de forma rígida y no respetan a otros, pueden acabar perjudicando sus relaciones y, por tanto, su bienestar. 

Además, al mantener una identidad inflexible, buscando ser más de lo que ya son, rechazan aspectos propios que no encajan con su ideal. Renunciando a ser quienes son, estas personas se desconectan de sí mismas y, en consecuencia, de su entorno.

 

 

Somos únicos, ni mejores, ni peores

La idea de que somos especiales se sustenta en una baja autoestima. Buscamos nuestro valor en una identidad ficticia que, precisamente, nos impide conocernos y valorarnos.

Esta idea también reduce la tolerancia ante los fracasos, creemos que lo merecemos todo y no reconocemos nuestros límites. Creamos una imagen distorsionada de nosotros mismos basada en una fantasía y en la comparación con los demás.

Al poner el foco en un idealizado “¿quién quiero ser?, en vez de ¿quién soy?, generamos frustración y desesperación.  

 

«Si solo piensas en positivo, serás feliz»

El exceso de pensamiento positivo es típico de la autoayuda que ignora las lecciones que pueden ofrecer las dificultades. Ve como posible una realidad exenta de sufrimiento, siempre y cuando “lo desee lo suficiente”.

El término happycondríaco, acuñado por el psicólogo Edgar Cabanas, describe a la persona que está obsesionada con una idea de felicidad que, de todos modos, le resulta insaciable. Incluso cuando todo le va bien se siente insatisfecha.

Estamos en constante evolución. No se trata de estar «bien» o «mal», sino de estar abiertos a crecer y avanzar naturalmente.

Por tanto, no es que tengamos que «ayudarnos», sino responsabilizarnos de nuestro propio bienestar y de nuestra vida.

 

positividad, autoayuda 

 

«Si quieres, puedes»

Esta promesa es una de las preferidas de la autoayuda y se basa en una autoafirmación envalentonada como solución al victimismo o a una autoestima frágil.

Usa un lenguaje simplificado, con expresiones motivacionales y seductoras, sin mucha base científica. Por ejemplo: “Solo una cosa convierte en imposible un sueño: el miedo a fracasar”.

Si bien es loable la promoción de la autoconfianza, estas afirmaciones no suelen tomar en cuenta la complejidad de la naturaleza humana. Cada persona es un sofisticado constructo de historia, genética, contexto y aspiraciones.

Indudablemente, muchas personas han superado grandes obstáculos gracias a la convicción de su propio poder. Pero esta misma creencia, si no va acompañada de otras capacidades personales como la flexibilidad, la perseverancia y la responsabilidad, puede llenarlas de culpa o desesperanza cuando no alcanza sus objetivos.

 

«Eres responsable de todo lo que te pasa»

Algunas corrientes de autoayuda promueven un mito basado en la ley de la atracción malentendida: “Atraes a las personas y a tus circunstancias, por lo que eres responsable de todo lo que te pasa”

Esto no es tan simple ni lineal. De lo que sí somos responsables es de nuestra manera de ver lo que nos sucede. Por ende, de cómo respondemos.

 

Recuperar el poder personal

Aunque no tienes el control sobre las situaciones que te presenta la vida, siempre puedes elegir cómo reaccionas ante ellas. Para hacerlo es fundamental dejar de culpar a otros o a las circunstancias por cómo te sientes. 

Se trata de asumir la responsabilidad de tus pensamientos, emociones y acciones. Recuperar tu poder personal y la capacidad de tomar decisiones conscientes, para enfrentar los retos y dificultades en lugar de simplemente reaccionar a ellos.

Esta es una buena noticia porque implica que tenemos la capacidad de hacer cambios, de transformar nuestra vida y aumentar nuestro bienestar, en lugar de caer en la culpa y la frustración.

 

«Al resolver tus conflictos, tu cuerpo sanará»

Esta peligrosa afirmación establece una relación lineal y causal entre determinado conflicto con un síntoma. Recurriendo a cierto pensamiento mágico, se proponen recetas reduccionistas que no tienen en cuenta otros factores.

Cuando se pone el foco solo en curar la enfermedad, en lugar de sanar también la percepción sobre las circunstancias que nos generan estrés, el resultado puede resultar contraproducente. 

 

“La responsabilidad hacia uno mismo significa negarse a dejar que otros piensen, hablen y nombren por usted. Significa aprender a respetar y usar sus propios cerebros e instintos; por lo tanto, lidiar con el trabajo duro.”

Adrienne Rich

 

Observemos lo que comunica nuestro cuerpo

Atender el factor emocional detrás de un síntoma puede sumar. Está comprobado que reducir el estrés y las emociones “negativas” favorece el restablecimiento del equilibrio del organismo

En esa línea, aprender a escuchar el cuerpo nos permite identificar qué aspectos de nuestra vida están en incoherencia. Esto nos dará acceso a los recursos internos que podemos utilizar para potenciar nuestro bienestar emocional y mental, y con ello, la salud.

 

El poder del cambio está en ti, no en fórmulas mágicas

Lo bueno de los recursos de la autoayuda es que llaman la atención sobre la capacidad de la persona de buscar su propio bienestar y salir de un pensamiento infantil que pone el poder en factores externos.

Pero es necesario explorar el conflicto emocional y descubrir las creencias o patrones limitantes ocultos. Al comprender su origen se puede cambiar la perspectiva y gestionarlo de forma más saludable. No basta aferrarse a promesas.

Transformar el conocimiento en sabiduría siempre pasa por la experiencia. Todo lo que tomemos por verdadero, sin reflexión y sin vivenciarlo, es potencialmente debilitante, porque cedemos nuestro poder a algo externo. 

La capacidad de cambiar está solo en nosotros, nadie más puede hacerlo en nuestro lugar. No hay fórmulas mágicas ni atajos, solo un compromiso constante con nuestro bienestar

La verdadera promesa es que, si tomamos las riendas de nuestro proceso, podemos crear un bienestar auténtico y duradero.

 

 

Si quieres seguir profundizando sobre este tema, puedes acceder a este material en nuestro canal de Spotify y de YouTube:

 

El primer paso hacia el bienestar emocional es darse cuenta de que uno mismo tiene el poder de transformar su vida. En este pódcast, Enric Corbera comparte algunas claves para responsabilizarnos de nuestro propio proceso de desarrollo personal.

 

En esta conferencia, Enric Corbera muestra que aprender a vivir en la paradoja nos permite reescribir nuestra propia vida.

 

 

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