La gratitud es una de las fuerzas emocionales más efectivas para generar abundancia, ese estado de bienestar que nos ofrece paz y satisfacción. También, puede ser la bisagra para salir de estados como la ansiedad, el victimismo, el miedo o las pérdidas.
Sentirse agradecido es la contracara de cualquier tipo de sufrimiento. No obstante, los mensajes que proponen tapar el dolor con una sobreactuación de esta gratitud pueden conducir a la falta de empatía o a una actitud voluntarista poco genuina.
En este artículo revisaremos algunos de estos obstáculos para vivir una vida más plena. Veremos cómo sentir gratitud puede ser un excelente recurso para sobrellevar las situaciones difíciles y comenzar a disfrutar de la abundancia que tenemos en nuestras vidas.
En este podcast, Enric Corbera explica por qué la abundancia que manifiesta cada persona tiene que ver con su estado de conciencia. Cuando uno vive con un corazón agradecido se está viviendo en abundancia.
El éxito no es consecuencia de lo que hacemos, sino de lo que somos. En esta conferencia, Enric Corbera comparte los hábitos y actitudes que favorecen la consecución del éxito, como la perseverancia, el coraje y la gratitud.
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La gratitud en el vaivén de la vida cotidiana
Aunque a priori suene contradictorio sentirse agradecido “a pesar de”, el sentimiento de gratitud es una fuerza vital muy poderosa. Incluso cuando estamos atravesando alguna adversidad o sintiendo dolor es posible sentir agradecimiento, puesto que la gratitud es una invitación a ver más allá de las fronteras de nuestra percepción.
Sentirse agradecido “a pesar de” nos permite observar y profundizar en el mensaje oculto de las dificultades, y responsabilizarnos de sus causas y su solución.
¿Cómo hacer para dar las gracias pese al dolor, a la incertidumbre y a la impaciencia, a los defectos y a los errores propios y ajenos?
La gratitud y mi percepción ante la incertidumbre
Al ser humano le encanta creer que puede controlar las cosas. Esta premisa se basa en que el estrés que experimentamos es menor o sostenible cuando encontramos similitudes en el “momento presente” con algún evento “pasado», por lo que la mente hace predicciones.
Sin embargo lo que genera temor o ansiedad no es en sí el no saber qué pasará. No saber implica un vacío, que por sí mismo no tiene la capacidad de emocionarnos.
“No saber” indica que estamos listos para aprender algo nuevo. Descubrir esto es una oportunidad por la cual podemos sentirnos agradecidos.
«La gratitud es el único secreto que no puede revelarse por sí mismo».
Por ejemplo, el miedo que una persona experimenta ante la posible pérdida de su trabajo le puede impedir abrirse a otras maneras de ver las cosas. Sin embargo, si usa ese miedo para indagar en sus temores y motivaciones inconscientes, podrá reconocer que se encuentra ante una oportunidad de transformación y crecimiento.
Del victimismo se sale agradeciendo las lecciones aprendidas
Salimos del victimismo cuando sentimos gratitud por el camino recorrido y también por todo lo recibido de nuestra historia familiar. Tal como lo decía el monje budista zen Thich Nhat Hanh, “camina como si estuvieras besando la tierra con tus pies, así cada paso que des será como alimentar el suelo con felicidad, amor y paz”.
Sentir gratitud implica dejar de lado el rencor. Esto puede ser un verdadero golpe al ego, ya que obliga a mirarse sólo a uno mismo. Puesto que tendemos a pensar que lo que nos sucede se debe a factores externos, cuando no nos gusta lo que sentimos, señalamos a algo o a alguien como responsable de esta situación.
Al culpar al otro renunciamos a nuestra responsabilidad y a nuestra libertad. Porque olvidamos que así les otorgamos el poder a los demás y nos convertimos en víctimas sin capacidad de gestionar de manera autónoma nuestra vida.
Las personas agradecidas aprenden de sus experiencias
Cuando uno se siente víctima es imposible sentir gratitud, ya que responsabiliza a los demás de sus dificultades y fracasos.
Sin embargo, comprender que, en realidad, la llave de nuestro bienestar está en nuestras manos, nos permite agradecer el aprendizaje que surge de cada conflicto.
Por ejemplo, una mujer que viene de un hogar de padres machistas puede reproducir, desde el rencor y el victimismo, un patrón de sumisión o irse al extremo de una actitud rebelde.
Pero, cuando logra reconocer que debido a esas experiencias desarrolló su fuerza interior, podrá dar las gracias a la vida por los dones que pudo desarrollar. Y así lo que pudo ser doloroso en su vida, se transforma en un impulso para evolucionar y llegar a ser una fuente de inspiración para los demás.
«La gratitud se caracteriza por ser expansiva. Cuanto más agradecemos, más motivos encontramos para sentirnos agradecidos».
La abundancia nace de una mente agradecida
La abundancia es una manera de percibir y estar en el mundo. No se limita a la acumulación de bienes, sino que manifiesta en todos los aspectos de la vida, como las relaciones, la salud, etc.
Por eso, la mirada que nos permite experimentar una vida llena de abundancia y no de carencias, puede ser la gratitud. Ser abundantes es tener la certeza de que ya disponemos de todo lo que necesitamos para sentirnos plenos en este momento. De aquí surge el agradecimiento.
En tal sentido, hay una ley universal que está activa constantemente y que dice: siempre estás recibiendo lo que estás dando. Si no sabes lo que das, observa lo que recibes.
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Como experimentar abundancia desde la gratitud
Se cuenta una anécdota sobre dos monjes que estaban rezando. Uno le dice al otro: “Oye, a ti siempre te veo contento y, en cambio, yo siempre estoy preocupado ¿por qué será?”. El otro monje lo mira y le dice: “Quizá sea porque tú siempre estás pidiendo y yo doy las gracias por lo que tengo”.
«En la vida diaria debemos ver que no es la felicidad lo que nos hace sentir agradecidos, sino el agradecimiento que nos hace felices».
El agradecimiento se puede entrenar
Muchas veces, no es que no reconozcamos lo que somos o tenemos sino que, simplemente, lo damos por hecho, lo naturalizamos.
Pero si nos acostumbramos a agradecer todo, por más pequeño que sea, se nos termina instalando un estado mental de gratitud que es transversal incluso a las situaciones difíciles. Y se convierte en esa fuerza emocional que genera la abundancia en nuestra vida.
Conclusión
Solemos pensar que la gratitud es la respuesta ante algún beneficio que nos ha sido ofrecido. Sin embargo, ser agradecidos es una decisión que podemos tomar ante cualquier circunstancia.
El hábito del agradecimiento es una forma de vivir que nos permite ampliar nuestras fronteras mentales, descubrir el aprendizaje oculto en cada experiencia y conectar con la esencia de lo que somos.
Desde ese lugar de conciencia puedes reconocer y valorar todo aquello que tienes y que experimentas. Esta actitud es clave para vivir plenamente y promover el bienestar.
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