Emociones: Al mal tiempo, ¿buena cara?

03 febrero 2023

Dentro del inconsciente colectivo, existe el refrán “Al mal tiempo, buena cara”. Cinco palabras que nos invitan a mantener una actitud positiva ante adversidades de la vida y circunstancias desagradables.

Pero, ¿qué es exactamente el “mal tiempo”? ¿Es lo que sentimos cuando pensamos una cosa y sucede otra? ¿Qué beneficio obtenemos respondiendo de una forma que no expresa las emociones que estamos sintiendo realmente? ¿Es mejor que sea así o nos perjudica de alguna manera?

 

La resistencia a expresar nuestras emociones “negativas”

Es importante entender que «sentirse bien» no es una obligación ni es posible en todo momento y ante cualquier circunstancia. 

De hecho, intentar mantener un estado de “felicidad” o alegría en todo momento, más que un ejercicio de gestión o madurez emocional, es una actitud forzada que refleja una resistencia a expresar nuestras emociones

Puede ser una forma de evitar conectar con el dolor, para no molestar a los demás o por temor al juicio externo.

O, tal vez sea porque nos han enseñado que no es adecuado expresar lo que sentimos. Muchos hemos aprendido que al hacerlo nos mostramos sensibles, vulnerables o débiles, y que exponernos de esta manera puede jugar en nuestra contra.

 

 

Escuchar nuestras emociones: cómo nos sentimos tiene un sentido 

Las emociones son reacciones fisiológicas que tienen un sentido de adaptación al medio. Al estar vinculadas con las necesidades biológicas no pueden considerarse buenas o malas, sino necesarias, ya que siempre cumplen una función adaptativa y de supervivencia.

Cada vez que no escuchamos nuestras emociones estamos dejando de atender nuestras necesidades biológicas más básicas. Y, sin darnos cuenta, damos el primer paso para empezar a vivir en incoherencia. 

Así, nos vamos alejando de ese niño o niña que fuimos y del animal biológico que somos

 

La importancia de comunicar las emociones. Ejemplo

Es el caso de un bebé que tiene sed, hambre, sueño, el pañal sucio o algún síntoma físico: llora independientemente de con quién y dónde esté. Se comunica con los recursos que tiene, no se dice internamente: “No, ahora no, que mamá está ocupada”.

Por tanto, no se trata de luchar contra las emociones que consideramos “negativas”, sino permitirnos aceptarlas. Y esto no implica resignarse a que nunca cambiarán, sino, más bien, darse permiso para sentirlas y expresarlas.

 

emociones

 

Reconectar con nuestra naturaleza

Los seres humanos somos seres emocionales, sentimos y manifestamos lo que experimentamos. En situaciones difíciles, las emociones que  florecerán serán aquellas relacionadas con miedo, tristeza o rabia. 

Y, aunque en momentos determinados queramos detenerlas y sentirnos mejor, muchas veces será imposible. Atenderlas y aceptarlas es el primer paso para entender qué están reflejando realmente.

Cuando somos adultos, tenemos la responsabilidad de observar nuestros recursos y cuestionar las limitaciones aprendidas para decidir la mejor manera de responder ante lo que sentimos en cada situación.

 

emociones

 

Sentir más y pensar menos

La educación recibida, en ocasiones, nos exige ocultar nuestras necesidades emocionales frente a los demás e, incluso, frente a nosotros mismos. En este camino hemos ido olvidando lo que sentimos hasta el punto que ni siquiera lo podemos definir.

Sin embargo, sabemos explicar perfectamente las justificaciones por las cuales no nos permitimos sentir y nos apoyamos en esas interpretaciones personales para seguir manteniendo conductas alejadas de nuestras emociones.

Si ponemos siempre al mal tiempo buena cara, dejamos de sentir para empezar a pensar sobre lo que sentimos.

 

«Los sentimientos son parte de la vida y no nacen dentro de ti para que tú los encierres bajo siete llaves.»

Laura Gallego García

 

No hay emociones adecuadas o inadecuadas

Estar tristes o estar alegres no son estados más o menos “adecuados”. Lo que es adecuado es estar triste cuando se siente tristeza, estar rabioso cuando se siente rabia y estar feliz cuando se siente alegría. 

La clave es sentir lo que sentimos en el momento presente, libres de juicio sobre las sensaciones que tenemos, igual que el bebé que fuimos.

Está bien sentirse triste, está bien llorar por algo que te pasa y que te haya causado tristeza, está bien no siempre sentirse bien. Igual que también está bien desarrollar la resiliencia, gestionar los estados emocionales y no dejar que un hecho determine tu futuro.

Si aceptamos cómo nos sentimos ya no podemos hacer responsables a nadie ni a nada. Entonces, creamos las condiciones para encontrar el origen de nuestra emoción.

 

 

Las emociones y la Bioneuroemoción

Es tan contraproducente vivir anclados en estados que consideramos negativos como negarlos sistemáticamente. El cuerpo es un sistema de comunicación y las emociones son una forma de lenguaje.

Ignorarlo es ignorarnos, juzgar estas emociones es juzgar una parte muy profunda de nosotros mismos.

 

Dar sentido a nuestros estados emocionales

Desde la Bioneuroemoción sugerimos que cuando viene el “mal tiempo” tenemos la oportunidad y el derecho de permitirnos estar tristes, enfadados o rabiosos y averiguar a qué, exactamente, estamos reaccionando

Tenemos la oportunidad de autoindagarnos para descubrir qué es aquello que tenemos dentro, que nos hace sentir así. 

 

Las emociones nos ayudan a conocernos y comprendernos

Esta mirada interna genera autoconocimiento, pues nos invita a asumir que nuestras sensaciones son exclusivamente nuestras. 

Además, genera comprensión, ya que en esta autoindagación podemos descubrir resonancias familiares que nos ayudarán a dar sentido y comprender lo que sentimos.

 

Coherencia emocional

Poner mala cara al “mal tiempo” y buena cara al “buen tiempo” es ser honestos. Implica conocer nuestra forma de sentir, distinguir nuestras emociones y permitirnos expresarlas. 

Cuando nos permitimos sentir lo que sentimos estamos siendo auténticos con nosotros mismos y con los demás. Esta actitud de reconocer la propia voz interna sin dejar que nos domine, nos permite estar en paz con nosotros mismos y establecer relaciones equilibradas.  

La autoconciencia emocional es fundamental para el equilibrio de nuestro sistema, para vivir en coherencia y armonía y, según Antonio Damasio (2008), “quizás, signifique también más salud”.

 

 

Si quieres seguir profundizando sobre este tema, puedes acceder a este material en nuestro canal de Spotify y de YouTube:

 

Aumentar la conciencia emocional implica atravesar un proceso interno de búsqueda, observación y transformación. Este Enric Más Cerca se plantea como una guía para realizar una autoindagación a través de una serie de preguntas reflexivas. 

 

En este video, Enric Corbera reflexiona sobre los mecanismos que nos llevan a sentir lo que sentimos. La verdadera transformación es dejar de juzgar lo que sentimos y empezar a ver nuestras emociones como información de nuestra programación inconsciente. 

 

 

Si quieres conocer más acerca del método de la Bioneuroemoción y cómo aplicarlo en tu vida para aumentar tu bienestar emocional, síguenos en nuestras redes sociales: YouTube, Instagram, Facebook, X y LinkedIn.

 

Comparte en los comentarios si te ha resultado interesante este artículo y compártelo con quien creas que le puede resultar útil esta información. ¡Gracias por tu interés!

 

Si te ha gustado, compártelo

Diplomado en Bioneuroemoción®

Escribe tu comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

© 2021 Enric Corbera Institute.