El viaje interno del desarrollo personal: de los condicionamientos inconscientes a la responsabilidad

¿Qué implica realmente el desarrollo personal y cómo aplicarlo en tu vida? 

Si deseas cambiar aspectos de tu vida o mejorar para alcanzar mayor bienestar, el desarrollo personal es clave. Comprender en qué consiste y cómo lograrlo te ayudará a potenciar tus sueños y aspiraciones.

Desarrollo personal: ¿realmente sabemos qué es?

También conocido como crecimiento personal o desarrollo humano, se define como un proceso de mejora que nos ayuda a adquirir y potenciar los recursos necesarios para alcanzar nuestros objetivos vitales.

Esta definición puede llevarnos a creer que se trata de un procedimiento mediante el cual aprendemos determinadas técnicas y habilidades que nos llevarán a ser una persona exitosa.

Entrenarnos para ser algo que creemos que no somos

Con frecuencia, el desarrollo personal se plantea como un adiestramiento para llegar a ser algo que no somos en realidad. Esto genera frustración y malestar porque nos alejamos más y más de nosotros mismos.

Si partes de la pregunta “¿Quién quiero ser?”, cualquier intento de superación personal será, en realidad, un proceso de cambio orientado a lo externo. Pero no estarás atendiendo a la raíz de lo que eres y, por tanto, no será efectivo ni duradero. 

Un proceso de desarrollo verdadero solo se produce cuando partimos de la pregunta “¿Quién soy?”.

Cuál es el verdadero significado del desarrollo personal

La palabra “desarrollo” se  compone del prefijo “des-”, que indica la inversión de una acción, y del verbo “enrollar”. Así, el desarrollo es el desenvolvimiento de una persona, de una idea o de una sociedad  de acuerdo a las posibilidades que tiene en potencia. 

Describe la acción de ir desplegando el potencial de ser y de llegar a la plenitud de estas posibilidades. En el caso del desarrollo personal nos lleva a ser cada vez más nosotros mismos, no otra cosa.

Más allá de la imagen exterior

La palabra “personal” proviene de “persona” que, según Carl G. Jung refiere a un arquetipo que representa la parte de nosotros mismos que mostramos. Es decir, es nuestra imagen pública, también denominada máscara. 

Es importante no confundir el desarrollo personal con el embellecimiento de la máscara, ya sea con títulos universitarios, cambios físicos, comportamientos, etc. 

Perfeccionar la imagen que mostramos es un proceso orientado hacia el exterior que nos aleja de lo que somos. Mientras, el crecimiento personal implica un movimiento hacia dentro que nos lleva a ser más auténticos, más nosotros mismos.

Entonces, ¿por qué el desarrollo es personal? Porque a través de este proceso vamos descubriendo y desplegando todas esas partes que hemos ido dejando atrás. Permitimos que se manifiesten y elegimos las facetas más adecuadas para cada contexto.

“Si quieres cambiar las frutas, primero tendrás que cambiar las raíces. Si quieres cambiar lo visible, primero debes cambiar lo invisible.”

Harv Eker

Cómo se produce el desarrollo personal

Se trata de un proceso continuo y no lineal. En él se van realizando aprendizajes y utilizando los diferentes recursos que cada etapa de la vida requiere para seguir avanzando. En este recorrido no hay nada correcto o incorrecto, sino adaptativo. 

Por ejemplo, es natural y evolutivo llorar si tienes hambre cuando eres un bebé, obedecer a los adultos cuando tienes 10 años o ser rebelde durante la adolescencia. Sin embargo, ninguno de estos comportamientos es adaptativo en la edad adulta.

Crecer es ampliar la conciencia

Cada etapa nos invita a seguir profundizando en quienes somos. En tal sentido, el desarrollo personal implica un movimiento interno orientado a expandir nuestro campo de conciencia. 

Imagina un rosal plantado en una pequeña maceta; al principio crece, da flores y está sano. Pero sigue creciendo y llega un momento en el que sus hojas pierden color, se caen y sus flores son más escasas y pequeñas. ¿Qué hacemos? Podemos pintar las hojas o añadir una gran cantidad de fertilizantes químicos –embellecer la máscara–, pero si no le damos más espacio para que sus raíces se expandan, no podrá seguir creciendo. 

Del mismo modo, nosotros necesitamos ampliar nuestro campo de conciencia, que sería nuestra “maceta”, para seguir creciendo. 

El desarrollo personal y la BioneuroemociónⓇ

La Bioneuroemoción concibe el desarrollo personal no como la causa, sino como la consecuencia del aumento de nuestro nivel de conciencia. Por eso, no se enseñan conductas, sino herramientas para transformar cualquier experiencia en una oportunidad para conocerse a uno mismo y ampliar la conciencia. 

Entendemos que el proceso de crecimiento personal es inherente a la vida, puede suceder en todo momento, en todo lugar y a través de cada experiencia.

El desafío del desarrollo personal: superar bloqueos para avanzar

Hay ciertas actitudes que pueden bloquear esta expansión de la conciencia. Entre ellas están la comodidad y el conformismo, el atribuir a los demás la causa de lo que nos sucede, el miedo al cambio, entre otros. Todos son condicionamientos inconscientes que obstaculizan nuestro desarrollo.

Para evolucionar es imprescindible, en cada situación de dificultad, dejar de esperar que otras personas cambien y retomar la propia responsabilidad. Esto es, desarrollar la habilidad de responder proactivamente ante las circunstancias que generan estrés. 

Retomar el control y el protagonismo de nuestro desarrollo personal

Tomar responsabilidad implica no proyectar afuera la causa de lo que nos sucede. Es decir, aplicar la conciencia de unidad, comprendiendo que todo lo que te rodea tiene que ver con uno mismo.

Esta actitud nos aleja de la culpa y del victimismo. Permite conocerse en profundidad, identificar y superar los bloqueos  y, en definitiva, retomar las riendas de nuestra vida. 

Así, cada interacción se transforma, inexorablemente, en un aprendizaje significativo para nuestra evolución.  

“Uno puede elegir volver hacia la seguridad o avanzar hacia el crecimiento. El crecimiento debe elegirse una y otra vez.”

Abraham Maslow

Volvernos el centro de nuestra propia vida

Asumir nuestra responsabilidad nos permite autogestionar nuestros estados emocionales y transformar los problemas en aprendizajes. Al impulsar nuestro propio desarrollo personal nos sentiremos más plenos y realizados. 

Una anécdota entre el conocido psicoanalista Sigmund Freud y su alumno Carl G. Jung cuenta que el primero le preguntó al segundo: “¿Podrías decirme qué es la felicidad?”. Pasaron diez años hasta que Jung tuvo una respuesta, y fue: “La felicidad es conciencia de evolución. Es decir, saber y sentir que estás avanzando en la dirección adecuada.”

Si quieres seguir profundizando sobre este tema, puedes acceder a este material en nuestro canal de Spotify y de YouTube:

El punto de partida de este pódcast, extraído de una conferencia de Enric Corbera, es una pregunta reflexiva que no espera respuesta y que surge de una premisa superior: La vida que vemos es el reflejo de nuestro interior.

En este vídeo, David Corbera comparte las claves para fortalecer una de las competencias fundamentales para el desarrollo personal: el autoconcepto.

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