Dar gracias es celebrar la abundancia en nuestras vidas

Dar gracias es más que un acto o una simple tradición. En diversas culturas se celebran festividades que simbolizan la gratitud, la generosidad y la abundancia en nuestras vidas.

En este artículo exploraremos el significado que subyace en estas festividades y su origen en lo más profundo del corazón de cada persona.

Cuando la gratitud es la voz de todos los pueblos

La vida es un don que se nos ha concedido. Cuando la honramos e incluimos en este reconocimiento amoroso a todos los seres vivos, es posible sentir cómo cada latido del corazón nos conecta y hermana mediante la voz de la gratitud.

La gratitud, como valor universal, supera las barreras construidas por la humanidad, conectando diversas culturas a través de una experiencia compartida: expresar agradecimiento. Este sentimiento se manifiesta en festividades presentes en todas las épocas, donde las personas muestran su aprecio hacia sus semejantes, la tierra que los acoge y la prosperidad que comparten.

El acto de dar gracias

Apreciar la vida es una elección. Equivale a elegir los lentes con que queremos ver al mundo en que vivimos, a nosotros mismos y a todas nuestras experiencias. Valorarlas nos permite experimentar gratitud y reconectar con la belleza de la vida.

La acción de dar gracias es más que una expresión porque, cuando el sentimiento es genuino, nuestra disposición para compartir y ser bondadosos aumenta. Nos beneficiamos todos porque nuestra receptividad y generosidad nos conecta con la abundancia.

“Riega los árboles frutales y no las espinas”

Rumi

La gratitud trasciende las fronteras

Existen valiosas tradiciones donde las personas se reúnen con la intención de celebrar y dar gracias por sus vidas y por la abundancia que les ofrece la madre tierra. Estas festividades tienen diferentes nombres según su procedencia.

En América del sur se celebra el Día de la Pachamama en agradecimiento a los frutos que nos brinda la naturaleza. En Estados Unidos, Canadá, Alemania e incluso en tierras africanas como Liberia, festejan el Día de Acción de Gracias.

En Asia podemos mencionar el Chuseok, festividad coreana donde, además de dar gracias por la abundancia, se expresa gratitud por la vida de los antepasados.

Si estas festividades las celebramos con conciencia nos brindarán la oportunidad de reflexionar acerca de lo que estamos ofreciendo a la vida.

La riqueza de compartir

El acto de compartir sin la intención de recibir algún tipo de reconocimiento multiplica la abundancia en nuestras vidas y es una forma poderosa de expresar gratitud.

Nuestro corazón se expande cuando somos bondadosos. Además, la alegría que sentimos por la felicidad y el bienestar de alguien más, nos predispone para, en la misma medida, recibir los dones que tiene la vida para ofrecernos.

El sentido de la celebración nace en nuestro interior

Las fiestas comunitarias son una buena oportunidad para reencontrarnos con la gente que apreciamos, para expresarles nuestros sentimientos de afecto y gratitud. No obstante, para que sean gestos genuinos, requieren de nuestro compromiso con nuestra propia coherencia interior.

Cuántas veces sucede que las familias se reúnen impulsadas por ritos vacíos o por relaciones forzadas. Se convierten en espacios de gestos artificiales donde se suele transgredir el sentido original y profundo de la convocatoria.

Si la gratitud y la experiencia de abundancia no nace en el corazón de cada uno de nosotros, será imposible lograrlo o fútil reclamarlo en las experiencias comunitarias.

Siempre estamos ante nosotros mismos. Los que le damos el verdadero sentido a las fiestas de abundancia y gratitud somos cada uno con lo que construimos en nuestro interior.

Unión familiar y comunitaria

En las celebraciones mencionadas se reúnen familiares y amigos para compartir un almuerzo o cena, que a veces incluye un intercambio de regalos. Pero la mayor riqueza está en las experiencias que se comparten, donde cada uno expresa el motivo de su gratitud.

Sin embargo cabe destacar que algunas de estas tradiciones se originaron en momentos de  crisis. Precisamente fue la cooperación y los actos de bondad los que permitieron que diferentes civilizaciones pudieran sobrevivir en tiempos difíciles, al igual que sucede en la actualidad.

“Al compartir estamos preparados para construir relaciones y dar alas a la humanidad”

Kishore Bansal

Sentirse abundante en medio de las crisis

Sentir gratitud es un proceso interior que va más allá de las circunstancias que vivimos. Su naturaleza se origina en la ausencia de la creencia de separación y es la actitud con que respondemos a la vida.

Es nuestra percepción la que alimenta las ideas de escasez o de abundancia, por lo que es nuestra mente la que también puede impulsarnos a salir de ese lugar. Saber esto también nos permite mirar desde otra óptica los conflictos que atravesamos.

Los momentos de crisis sacan a relucir lo que llevamos dentro y desconocemos. Y aunque muchas veces experimentemos incertidumbre, también salen a relucir dones y habilidades que aún no habíamos desarrollado.

Celebrar la abundancia

Estas festividades de gratitud son recordatorios de la importancia de apreciar lo que tenemos y compartirlo con los demás. Aquello que damos y la intención con que lo hacemos es lo que recibiremos.

A través de la expresión de gratitud, la celebración de la abundancia y la generosidad, las personas de diferentes culturas se unen en un sentimiento de unidad y aprecio por la vida. Más allá de las palabras y las tradiciones específicas, estas festividades trascienden fronteras y nos recuerdan la belleza de ser agradecidos.

La decisión de celebrar la vida es un acto amoroso en el que puedo reconocer lo precioso de nuestra existencia, sabiendo que todos somos uno y que tu dicha también es la mía.

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En este podcast Enric corbera nos invita a reflexionar acerca de cómo cultivar la felicidad en nuestras vidas. ¿Te permites conectar con la gratitud cuando las cosas no salen como esperabas?

En esta charla, Enric Corbera reflexiona acerca de  nuestras limitaciones y de cómo estas se manifiestan en nuestra vida. ¿Te atreves a cuestionar tus verdades y transformar tu vida? 

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