En este artículo abordaremos la importancia de la comunicación como elemento clave para generar un ambiente de trabajo saludable y productivo, así como la posibilidad de comunicarse de manera efectiva en el ámbito laboral a través de la visión que ofrece la Bioneuroemoción.
¿Cómo nos comunicamos? – Enric Más Cerca
En este podcast Enric Corbera habla sobre las dificultades para comunicarnos y cómo podemos mejorar nuestra comunicación con los demás.
Muchos creímos que trabajar a distancia durante la pandemia sería algo temporal, sin embargo en muchas empresas el teletrabajo ha venido para quedarse, lo cual nos ha impulsado a que reinventemos nuestra manera de trabajar, afectando la forma de interactuar en el contexto laboral.
Por lo tanto, se ha destacado mucho más la importancia de contar con una comunicación efectiva que, no solo nos permita seguir en contacto, sino que garantice que las actividades y metas de trabajo puedan cumplirse y, al mismo tiempo, que reduzca los conflictos y efectos negativos que se derivan de una mala comunicación entre colaboradores.
Manejo del estrés laboral – Curro Aguilar
En este vídeo Curro Aguilar expone una visión amplia sobre el estrés y comparte algunas estrategias para lograr que deje de ser nuestro enemigo y pase a ser un aliado que nos impulse.
En la actualidad nos encontramos frente a un nuevo paradigma en lo laboral que está modificando nuestra manera de interactuar e intercambiar información para realizar nuestro trabajo.
Esta situación puede suponer un reto para la comunicación dentro de las empresas.
En el teletrabajo, la tecnología se convierte en el único medio para establecer la comunicación, lo cual reduce las oportunidades de interacción directa, limitando el acceso que tenemos a la información que surge a través del lenguaje no verbal y el ambiente.
Si toda la comunicación sucede a través de correos electrónicos, mensajes instantáneos o llamadas, la comunicación será más plana y más propensa a confusiones o conflictos, por lo que resulta fundamental buscar un medio adecuado para evitar distorsiones en la comunicación.
“Mucho de lo que se dice no se expresa en palabras. Una gran parte del lenguaje consta de miradas, gestos y sonidos no verbales. La gente no se da cuenta de la vasta complejidad de la manera en que se comunica”
Garth Stein
En estos tiempos de trabajo a distancia, se destaca la necesidad de reforzar la comunicación entre colaboradores no solo para cumplir con el trabajo o para ser productivos, sino para fortalecer una colaboración e interacción que propicien un ambiente positivo y motivante que contribuya a nuestro bienestar y al logro de nuestros objetivos laborales.
La comunicación es una habilidad social fundamental para cualquier persona en todas las áreas de la vida.
Es la vía que usamos para establecer contacto con los demás, tratar de entendernos unos a otros, expresar lo que somos y obtener lo que necesitamos.
La comunicación hace posible el intercambio de ideas, conocimientos, sentimientos o experiencias.
Cuando no es clara, existe mayor riesgo de cometer errores, de crear confusión, producir conflictos o incluso afectar a otros sin tener la intención de hacerlo.
Saber comunicarnos nos ayuda a ordenar las ideas y a entendernos unos a otros, haciendo que nuestras actividades sean más sencillas.
Aumenta nuestra satisfacción y refuerza la colaboración al momento de trabajar en equipo, reflejándose en un mejor ambiente laboral.
Una comunicación efectiva contribuye a generar buenas relaciones interpersonales, promueve la confianza, impulsa la motivación y potencia la productividad.
La comunicación efectiva es un tipo de comunicación en la que logramos transmitir mensajes de manera entendible y muy clara, de tal forma que no exista duda o confusión para quién los recibe.
Se trata de que tanto la persona que emite como la que recibe el mensaje le otorguen el mismo significado.
La responsabilidad de lo que comunicamos es nuestra por lo tanto no es suficiente la intención que tenemos al momento de comunicar algo, sino que hemos de asegurarnos de que el resultado de lo que transmitimos sea el que deseamos obtener.
Para comunicarnos es importante elegir nuestras palabras con sabiduría, ser claros, concisos y respetuosos. Pero para lograr una comunicación realmente eficaz, es necesario tomar en cuenta nuestra habilidad de escucha y ser conscientes de los procesos inconscientes que involucran las emociones y pueden influir en el resultado de una conversación.
La escucha activa empieza por nosotros mismos, a través de un proceso de auto-observación de nuestro diálogo interno, que nos ayuda a identificar y comprender nuestras necesidades y las emociones que se esconden detrás de ellas.
Esto nos permite manejar nuestros estados emocionales y conservar la calma y la objetividad al comunicarnos.
Ahora bien, es igual de importante aplicar la escucha activa hacia los demás, estando atentos física y mentalmente para recibir el mensaje en su totalidad mediante la comunicación verbal, el lenguaje corporal y el tono de voz, que nos permiten entender el significado correcto de la información.
Por eso, en el trabajo a distancia, es fundamental fomentar los encuentros presenciales, si es posible, y las llamadas por videoconferencia, pues nos permiten mantener una comunicación más completa y efectiva con los demás.
Una comunicación efectiva se caracteriza por los siguientes elementos:
Además de ser concretos y objetivos sobre el asunto a tratar, al momento de comunicarnos es necesario poner especial atención a nuestras emociones para que no distorsionen el mensaje y afecten la comunicación.
Al final, la comunicación es el resultado que provocas en el otro, no la intención que tienes, y este depende más de tu estado interno que de las palabras que utilizas, de tu tono de voz o, incluso, de tu lenguaje no verbal.
Esto es así porque no podemos controlar la totalidad del lenguaje no verbal que emitimos.
Nuestro estado interno se transmite a través de las microexpresiones, por lo que comunicarnos de una forma eficaz, honesta y transparente requiere observar nuestro diálogo interno, que es lo que se transmite cuando hablamos con los demás.
Querer tener la razón es una trampa en la comunicación, ya que implica que al final de la conversación tiene que haber un ganador y un perdedor, lo cual dificulta la conexión empática con el otro.
Por tanto, la finalidad de nuestras interacciones debe ser comprender las circunstancias propias y las de la otra persona para llegar a un punto de encuentro que nos permita resolver conflictos, no crearlos.
Se trata de mejorar la situación actual a través de nuestra comunicación y utilizarla para resolver problemas, incentivar la colaboración, solucionar contratiempos, realizar propuestas y lograr acuerdos.
En este sentido, es importante considerar cuál es la intención que tenemos, es decir, identificar para qué decimos algo. Si no sabemos lo que queremos, será imposible transmitirlo a otra persona eficazmente, lo cual puede ocasionar malentendidos.
Las situaciones de trabajo requieren el intercambio de información mediante una comunicación que fluya en ambas direcciones.
Por tanto, debemos tener presente que es tan importante comunicar nuestras necesidades como escuchar las necesidades de los demás para llegar al entendimiento mutuo.
La clave para lograr este tipo de comunicación es comprender que la empatía es mucho más que ponerse en el lugar del otro.
Está relacionada con la capacidad de comprender la vida emocional de la otra persona en toda su complejidad.
Para desarrollar la empatía es imprescindible respetar nuestros estados emocionales, ya que es lo que nos permite respetar y aceptar los de los demás.
La esencia de la comunicación radica en que es un proceso que implica ser reconocido y reconocer a los otros como persona.
Comunicar conlleva una parte de conciencia que comienza por conocernos a nosotros mismos para poder comprender a los demás.
Nuestro diálogo interno nos muestra pensamientos, palabras y creencias que conforman la manera en que nos comunicamos con nosotros mismos y que, al mismo tiempo, condicionan nuestra forma de expresarnos con los demás
La comunicación no es un proceso externo, es un proceso interno
Para tener una buena comunicación con los demás debemos comenzar por tener una buena comunicación con nosotros mismos.
Observar nuestro diálogo interno nos permite reconocer los pensamientos y las emociones que estamos experimentando para poder regularlas, reduciendo así nuestro nivel de estrés y aumentando nuestra capacidad para comunicarnos de una manera asertiva y auténtica, dando la oportunidad al otro de conectar con nosotros.
“La actividad misma de comunicar, de comprenderse, se lleva a cabo entre sujetos despiertos y conscientes”
Jean – Pierre Changeux
La comunicación se ve influenciada por nuestro estado emocional en el momento de la interacción y por las emociones que el mensaje suscita tanto en el emisor como en el receptor.
Cuando nos comunicamos con los demás se ponen en marcha procesos inconscientes que involucran las emociones y que pueden influir en el resultado de una conversación.
La mente capta información continuamente a través de nuestros sentidos y le otorga un significado mediante la interpretación personal.
Esto ocurre tan rápido que generalmente no nos damos cuenta y una palabra, un gesto o el tono de voz de nuestro interlocutor pueden ser suficientes para activar dentro de nosotros una emoción.
Es fundamental comprender que estas reacciones emocionales no están causadas por lo que la otra persona dice o por su manera de expresarlo, sino por la interpretación que nosotros le damos a lo que está sucediendo.
Desde pequeños obtenemos información de lo que nos rodea, y con ella conformamos nuestras creencias y aprendemos a interpretar todo lo que ocurre a nuestro alrededor de una manera única y particular.
Las personas, dentro del contexto laboral, podemos tener interpretaciones y reacciones emocionales distintas ante una misma situación, por ejemplo:
Dos trabajadores se encuentran revisando un presupuesto con su jefe y son interrumpidos por la asistente que se dirige al jefe diciendo: – ¡Tiene una llamada importante!
Mientras que uno de los trabajadores interpreta que la llamada debe ser urgente para que los interrumpan, el otro se enoja porque interpreta que es descortés interrumpir una reunión y que posiblemente esa llamada es una excusa.
Cada persona, por tanto, sentirá una emoción acorde con el sentido que le ha dado a la situación, no con lo que sucede objetivamente.
En la comunicación, esta costumbre de interpretar desde nuestras creencias y experiencias, puede alejarnos de una comunicación efectiva y entorpecer los resultados y las actividades dentro del trabajo. Y, lo que es aún peor, puede generarnos un estado de estrés recurrente que es perjudicial para nuestro bienestar y salud.
De esta manera, al comprender que nadie es culpable, sino que somos responsables de nuestros estados emocionales, podemos usar nuestras interpretaciones para reconocer nuestras emociones, creencias y juicios, lo cual nos permitirá cambiar nuestra percepción y cómo nos sentimos.
El inconsciente guarda un registro de la información y las experiencias previas (especialmente las de la infancia, que contienen una fuerte carga emocional) que muestran un conflicto sin resolver que se reactiva a través de las emociones que experimentamos.
De tal manera que, si una conversación de trabajo nos afecta de manera profunda o nos causa un conflicto emocional, es posible que algo a nivel inconsciente se haya removido con esa experiencia.
Por lo que estaríamos frente a la oportunidad de identificar, comprender y trascender algo que tiene que ver con nosotros mismos, a través del autoconocimiento y la toma de conciencia.
Continuando con el ejemplo anterior:
Al primer trabajador no le importa lo sucedido y por lo tanto no tiene una reacción emocional, sin embargo el segundo experimenta una profunda molestia e incomodidad con la interrupción.
Después de conectar con lo que está sintiendo, recuerda que en la infancia mientras su padre le revisaba las tareas de la escuela, era interrumpido por llamadas de trabajo y solía dejarlo solo con sus deberes diciéndole: ¡Es una llamada importante!
Mejorar la comunicación es un proceso interno que no depende del contexto, sino de conocernos y entendernos a nosotros mismos para poder comunicarnos efectivamente con los demás.
Una comunicación consciente nos alienta a identificar y expresar con claridad lo que esperamos concretamente de una situación y nos permite reestructurar la manera en que nos expresamos y escuchamos a los otros.
Para comunicarnos con consciencia y asertividad, dentro del teletrabajo y otros contextos, debemos asumir la responsabilidad de estar presentes y atentos al hablar o escuchar, haciendo a un lado juicios e interpretaciones.
Por tanto, independientemente de la modalidad del trabajo, siempre podemos mejorar nuestras relaciones y nuestros resultados si ponemos el foco en mejorar nuestra comunicación con nosotros mismos, para poder comunicarnos con los demás de manera eficaz, expresando lo que necesitamos o sentimos, siendo respetuosos, claros y concisos y estando abiertos a un diálogo que promueva el entendimiento mutuo.
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