La Bioneuroemoción puede ser un complemento de gran utilidad para cualquier psicólogo/a. ¿Qué tienen en común la Bioneuroemoción y la Psicología, y qué los hace tan diferentes, a la vez?
La Bioneuroemoción es un método que se fundamenta en conceptos de varias disciplinas. En tal sentido, toma en cuenta conceptos y herramientas de distintos enfoques psicológicos.
Te mostramos algunas de las teorías más influyentes de la psicología y cómo se reflejan en la filosofía de la Bioneuroemoción.
Wilhelm Wundt (1832-1920), padre de la psicología experimental, se propuso estudiar la experiencia inmediata y observable.
Estudiaba los contenidos de la conciencia y los procesos sensoriales básicos, enfocándose en el desarrollo del método de la introspección. Lo explicaba como la observación de los elementos de la propia conciencia bajo condiciones controladas.
Wundt afirmó que “la psicología científica ha de hacer suyos los interrogantes abiertos por la física cuántica y perder el miedo a incluir entre sus intereses temas de estudio tales como la conciencia, la realidad, la relación conciencia-realidad, la teleología, las categorías espacio-tiempo, el súperholograma de la realidad, la observación participante”.
Como vemos, desde el comienzo de la psicología moderna, tal y como la conocemos, ya había autores que se preguntaban y trataban de dilucidar las aplicaciones de la física cuántica en la psicología.
A día de hoy, otros profesionales de la psicología siguen indagando y potenciando ese enfoque, como la psicóloga María Pilar Grande.
Algunos años más tarde —aunque su obra no sería divulgada hasta los años 60—, el psicólogo ruso Lev Vygotsky se alejó de los dogmas genetistas y deterministas del momento respecto del desarrollo cognitivo del individuo. Comenzó a resaltar la importancia del ambiente emocional donde se desarrolla la persona, tanto su contexto cultural como el tipo de relaciones que establece.
Con Vygotsky empezó el paradigma de la psicología del desarrollo. Este allanó el terreno para que surgieran nuevas perspectivas, como la terapia sistémica y la psicología humanista, que sostiene que toda conducta es producto del ambiente en el que nos hemos estructurado.
Por tanto, se trata de un enfoque que no trata al individuo como un ente separado, sino como parte de un contexto social primario: la familia.
Carl Rogers y su psicoterapia centrada en la persona es otra de las grandes inspiradoras de la Bioneuroemoción.
Rogers fue de los primeros en dejar de considerar “paciente” a la persona y llamarla “cliente” o simplemente “consultante”. Parece un simple cambio semántico, pero implica hacer a la persona responsable de su cambio y no tratarla como un sujeto pasivo a influencias externas.
Se centra en la persona, no en su problema. Además, lo “acompaña”, no lo “dirige”.
También habla de disponer de una mente pura y sin juicios en el momento de acompañar a un consultante. Cuando Rogers menciona entrar en su «marco de referencia perceptual” se refiere a su forma de interpretar la realidad.
Cuando la persona reconoce esta interpretación, puede percibir de otra forma sus experiencias y su vida. Eso es a lo que en Bioneuroemoción llamamos «aprender a desaprender».
«Ha sido evidente, tanto por nuestra experiencia clínica como por nuestra investigación, que cuando el consejero percibe y acepta al cliente tal cual es, cuando deja de lado toda evaluación y entra en el marco de referencia perceptual del mismo, lo libera para que explore nuevamente su vida y su experiencia, lo libera para percibir en esa experiencia nuevos significados y nuevas metas.»
Carl Rogers
Fritz Perls, fundador de la terapia Gestalt, es uno de los autores que hizo hincapié en conceptos como preguntar “para qué” en lugar de “por qué”. La finalidad es obtener la intención en lugar de la justificación.
Perls consideró la toma de conciencia como el principal motor de cambio. A ello sumó la idea de que el presente es lo único existente, concepto ampliamente desarrollado en otras disciplinas como el Mindfullness.
Albert Ellis es uno de los psicólogos humanistas más reconocidos de la historia. También tiene un peso específico en el desarrollo de la filosofía de la Bioneuroemoción.
La Terapia Racional Emotiva Conductual (TREC), desarrollada por Ellis, incluye conceptos como “el camino al inconsciente” o las «creencias irracionales«, muy presentes en la metodología de la Bioneuroemoción.
Resumidos de una forma breve, estos dos conceptos se utilizan para acceder al procesamiento inconsciente de una situación determinada e identificar qué creencias bloqueantes nos impiden ser coherentes con nosotros mismo y nuestro entorno.
La obra de Carl Gustav Jung resulta de extrema importancia en la Bioneuroemoción. Su definición y análisis del inconsciente colectivo, su énfasis en los arquetipos e incluso su extenso trabajo sobre el concepto de «sombra» son estandartes de la filosofía desarrollada por Enric Corbera Institute.
Su trabajo nos enseña la similitud de los patrones relacionales y de comportamiento que subyacen en cada cultura y contexto histórico.
Jung nos permitió comprender que no disponemos solo de un inconsciente individual, sino que, como sociedad —es decir, como sistema— también hay una información que nos influencia enormemente y se manifiesta de forma inconsciente.
Paul Eckman y su trabajo sobre el estudio de las emociones, «El viaje del héroe» desarrollado por Joseph Campbell, así como múltiples nociones de terapia sistémica como, por ejemplo, la Terapia Familiar de Virginia Satir, forman parte de la fundamentación teórica del método de la Bioneuroemoción. La integración de todo ello es lo que permite llevar a cabo la aplicación práctica del mismo.
Cada acompañamiento en Bioneuroemoción consiste en una sola sesión. Si se aplica correctamente el método, debería ser suficiente para alcanzar el objetivo específico propuesto. El reto principal siempre será identificar y comprender el origen del estrés emocional por el que se está consultando y que influye en diversos aspectos de la vida del consultante.
Elementos tales como la periodicidad, el seguimiento, la evaluación o el diagnóstico suponen una diferencia significativa respecto de una terapia psicológica. No se realiza un seguimiento posterior, estandarizado y sistemático, como en una consulta psicológica.
No se establecen diagnósticos ni evaluaciones. Se atiende a la persona y el síntoma, bloqueo o conflicto que experimenta —más allá de su etiqueta—, observando qué implica, desde cuándo sucede y en qué ambiente emocional se han desarrollado los mismos.
Para llegar al método del que disponemos hoy han sido necesarios años de estudio y de investigación.
Actualmente, seguimos avanzando en ese desarrollo, con el propósito de integrar todos los conocimientos que sean válidos para hacer de la Bioneuroemoción una herramienta aún más completa y más eficaz.
Podemos concluir que la Bioneuroemoción no es un método psicológico, sino un complemento que tiene el potencial de optimizar los resultados de los procesos terapéuticos.
Tanto los psicólogos que aplican esta técnica en su práctica como los consultantes que participan en sesiones de Bioneuroemoción pueden lograr una comprensión más amplia de su situación. La combinación de ambos enfoques permite obtener una visión más completa y global.
La Bioneuroemoción es una forma de vida; ayuda a ver de una manera más clara el reflejo de nosotros mismos en los demás. Por ello, es aplicable en cualquier ámbito profesional y personal y, por esta misma razón, no cierra sus puertas a todo conocimiento que pueda resultar en una ampliación de la conciencia y una apertura al cambio.
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Enric Corbera explica cuatro pasos que permiten gestionar con más recursos las situaciones difíciles a través de la Bioneuroemoción.
En este vídeo, David Corbera expone cómo los problemas nos empujan a reevaluar nuestro estilo de vida y a generar cambios necesarios. ¿Qué cambios has hecho en tu vida gracias a los desafíos que has enfrentado?
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