Solemos hablar del bienestar como el estado idóneo que todos queremos alcanzar. Sin embargo, los momentos de malestar son tan inevitables como útiles para lograr la armonía en la vida.
En este contexto surge el concepto del “bienser”, que entiende las luces y sombras de la vida como parte de un todo trascendental y nos invita a integrarlas.
¿Cuán fiel eres a tu bienser cuando buscas tu bienestar?
En qué se diferencian el bienestar y el bienser
La distinción entre «bienestar» y «bienser» radica en cómo entendemos la esencia del ser humano y su estado de existencia.
Ser y estar: la abundancia del castellano
En inglés, el verbo to be abarca tanto el «ser» como el «estar». Sin embargo, en castellano se hace una diferenciación entre la esencia (el Ser) y el estado (cómo se está manifestando ese ser).
Este matiz es de enorme importancia, ya que, cada vez que nos identificamos con el estado que expresamos, estamos limitando todo nuestro ser. Nos reducimos a una creencia de identidad.
Bienestar: el fundamento para una vida digna
El bienestar se refiere a un estado general de satisfacción y confort en la vida, que abarca tanto lo material como lo social, incluyendo la familia y la realización laboral o profesional.
Se enfoca en las condiciones externas que son necesarias para vivir con dignidad, tales como el acceso a la educación, la salud, el trabajo y la seguridad social. En este sentido, el bienestar se relaciona con la garantía de derechos humanos básicos y es esencial para vivir de manera confortable y segura.
Bienser: la esencia del ser humano
El bienser se concentra en la esencia del ser humano y su desarrollo personal.
Este concepto trasciende las condiciones materiales y se centra en los valores éticos, la búsqueda de propósito, autenticidad y significado en la vida. El bienser implica un proceso de crecimiento interno y una conexión profunda tanto con uno mismo como con los demás, siendo clave para alcanzar una vida plena y auténtica.
La relación entre bienestar y bienser
Como las dos caras de una misma moneda, están íntimamente relacionados. No obstante, el bienestar y el bienser abarcan aspectos diferentes de la experiencia humana.
El bienestar suele ser una condición necesaria para el bienser, dado que sin las bases materiales es difícil enfocarse en el desarrollo personal. Sin embargo, un alto nivel de bienestar no garantiza el bienser.
Uno de los motivos es que la búsqueda de reconocimiento social a través del consumo puede desviar el verdadero crecimiento personal. En tanto, el bienser es algo interno que requiere proactividad, uno mismo lo logra, nada externo puede dárnoslo.
Inspiración para una vida plena
Mientras que el bienestar se centra en las condiciones externas que nos permiten vivir bien, el bienser se enfoca en el desarrollo interno y la autenticidad del individuo.
Ambos son fundamentales para lograr una vida equilibrada y satisfactoria. Representan dimensiones diferentes, pero complementarias de lo que significa ser plenamente humano.
«No es el ser humano un ser, sino un hacerse.»
José Ortega y Gasset
Cómo aprendemos a confundir bienestar y bienser
Desde que somos niños vamos atribuyéndonos las características que los demás ven en nosotros.
Primero, nos identificamos con las expectativas, prejuicios y proyecciones de nuestros padres. Más tarde, nos identificamos con los comportamientos que nos hacen encajar en una cultura determinada en general y también en un grupo social en particular.
La diferencia entre ser de un modo y actuar en circunstancias concretas
Llegamos a un momento en nuestra vida en que no sabemos distinguir entre la persona que realiza los comportamientos y los comportamientos en sí.
Por ejemplo, «somos valientes» en lugar de «comportarnos con valentía»; «somos extrovertidos» en lugar de «comportarnos de forma extrovertida en determinadas situaciones».
La vida, en sus continuos vaivenes, nos va requiriendo toda clase de reacciones para poder actuar de una forma equilibrada y adaptativa. Si no podemos hacerlo es porque hemos sellado un pacto implícito con nosotros mismos en el que todo comportamiento que se aleje de lo que «creo que soy» es incorrecto o inadecuado.
De este modo, ajustamos nuestros actos para que estén alineados con esa imagen congelada que tenemos de quiénes somos. Al esforzarnos por mantener esta aparente coherencia, inevitablemente, seremos incoherentes con lo que realmente deseamos en lo profundo de nuestro Ser.
«La vida consiste en adaptarse y volver a adaptarse.»
Anthony Burgess
Podemos liberar nuestro Ser de las sombras del estar
El camino hacia la plenitud es usar los escalones del bienestar para desarrollar el bienser. Mediante la autoindagación y la toma de conciencia sobre lo que deberemos transformar en nuestro interior, podremos ir mostrando nuestro verdadero Ser.
Cada vez que confundimos nuestro Ser con nuestro estado, estamos dándole espacio y fuerza a nuestra sombra. La etiqueta que nos autoimponemos nos limita, es una forma de reducir el «Ser» a su «estado».
Siguiendo con el ejemplo
En ocasiones necesitaremos actuar de una forma cobarde o introvertida. Imaginemos que viene un tigre hacia nosotros, más valdrá correr “cobardemente” que mostrar valentía.
O quizás algún día necesitamos estar con nosotros mismos en soledad y no tenemos ganas de socializar. Ahí necesitaremos mostrar una conducta introvertida.
Para las personas identificadas con esta forma de estar, ambas situaciones pueden suponer sufrimiento porque sienten que traiciona su identidad. Pero cada uno de nosotros está llamado a sintonizar con nuestro Ser, ampliando nuestra identidad con las facetas que habíamos rechazado y relegado a la sombra. De esto se trata el crecimiento personal.
Del bienestar al bienser
El bienser es el objetivo del bienestar, pero ¿cómo construirlo en la práctica?
En el momento en que decidimos cuestionarnos quiénes somos y qué queremos en nuestra vida, podremos ver cómo el ego boicotea nuestras intenciones de cambio. Allí, podremos tomar la decisión de hacer algo para dejar de ceder nuestro poder a esta parte tan limitada de nuestra identidad.
Entendemos que desde un estado de centro y coherencia (bienser) podremos alcanzar muchos momentos de bienestar. De todos modos, el camino hacia ese bienser no tiene por qué experimentarse necesariamente como un estado continuo de bienestar.
Para alcanzar este bienser es necesario vivir sin temer ni juzgar el malestar, pues uno sería inconcebible sin el otro. Transitar entre estados sin apegarse a ninguno es lo que nos hace libres, lo que nos permite crecer, aprender y evolucionar.
La autoindagación y la coherencia interna pueden transformar nuestro camino hacia una vida auténtica y plena.
Quizás la clave sea entender que somos mucho más de lo que pensamos, decimos y hacemos. Este puede ser el primer paso hacia la integración del Ser.
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En este pódcast, Enric Corbera expone las enseñanzas ancestrales de grandes maestros sobre la felicidad, así como aproximaciones científicas a su estudio y qué implican en nuestro día a día para mostrarnos una visión más amplia de lo que significa “ser feliz”.
En este video, Enric Corbera habla de cómo podemos generar un proyecto de vida que nos permita experimentar bienestar, no solamente cuando conseguimos nuestros verdaderos objetivos, sino también durante el camino hacia ellos.
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