Viajar es algo más que trasladarnos de un lugar a otro. Puede significar irnos de vacaciones para descansar, visitar lugares como turista o por trabajo. Aun así, el viaje que realmente nos transforma es hacia el interior, para conocernos a nosotros mismos.
Nos puede llevar por lugares incómodos, aunque también de autoconocimiento. Pero, ¿qué hace que algunas personas den el paso y otras no? ¿Qué nos motiva a salir de la zona de confort? ¿Qué puede haber detrás de nuestra necesidad por movernos?
Diferentes formas de viajar
La mayoría de nosotros hemos hecho algún viaje sólo para salir de la rutina o el estrés diario. Digamos que, de alguna manera, huímos de los problemas que nos estresan pensando que al volver ya no estarán, pero todo sigue igual.
La frase de Jiddu Krishnamurti, ”Podrás recorrer el mundo, pero tendrás que volver a ti” cobra mucho sentido. Aquello de lo que deseamos escapar va a venir con nosotros allá donde vayamos y se repetirá en nuestras experiencias de vida, tal vez con diferentes protagonistas. No se trata de cambiar nuestro entorno, sino nuestra manera de interpretarlo.
Podemos preguntarnos: ¿Qué me está mostrando esta situación de mí mismo/a? ¿Para qué necesito salir de ella?
El secreto del verdadero viaje
Aprovechar los conflictos para aprender lo que nos están mostrando de nosotros es seguir un camino que nos lleve a la paz interior.
Por ejemplo, puedo sentir que en mi trabajo mi jefe no valora mi esfuerzo, pido el traslado a otra sucursal y me encuentro con el mismo conflicto. Tal vez ese jefe me está mostrando que tengo un conflicto con la autoridad. Si indago puedo darme cuenta de que veo en esa figura a mi padre, que era muy autoritario y no valoraba lo que hacía.
Darnos cuenta de que lo que vemos es sólo una percepción nuestra de la realidad, no “la verdad”, nos puede dirigir al único lugar donde podremos ir: a nuestro interior.
«“¿Por qué te marchas? Para poder volver. Para poder ver el lugar del que provienes con nuevos ojos y colores. Y también para que la gente te vea diferente manera. Volver dónde empezaste no es lo mismo que nunca haber marchado.»
Comprender nuestro espíritu aventurero
¿Por qué hay personas que tienen más necesidad de viajar que otras? Muchas veces no sabemos el motivo y apelamos a frases un tanto inciertas como “Es que soy un espíritu libre” o “Es que no puedo parar quieto/a”.
Puede ser que la causa todavía no la podamos comprender.
Los sueños incumplidos de nuestros padres pueden llevarnos a, de forma inconsciente, tratar de cumplirlos nosotros.
Si, por ejemplo, uno de nuestros padres tuvo que renunciar a sus ilusiones por casarse y dedicarse a los hijos, nosotros podemos tener una necesidad extrema de ser libres y no querer comprometernos, y lo expresamos viajando de forma incansable.
Esto que puede ser agradable, también puede acabar suponiendo un estrés ya que el simple hecho de viajar no resuelve nuestra búsqueda interior.
Ser conscientes de por qué nos sentimos empujados a seguir moviéndonos nos ayudará a vivirlo con más libertad.
Atrevernos a salir de la zona de confort
Salir de la zona de confort puede implicar crear desorden a nuestro alrededor. A veces incluso podemos perder amistades y pasar por un estado de soledad. Ir en contra de lo que se espera de nosotros puede ser un freno, pero también un impulso para encontrar nuestro verdadero propósito de vida.
«Solo en la aventura algunas personas consiguen conocerse a sí mismas, encontrarse a sí mismas.
Andre Gide
Independizarnos del hogar familiar. El primer viaje
Llega un momento en nuestras vidas en el que debemos hacer el primer viaje realmente importante, salir del hogar familiar. Este proceso de individuación es un impulso biológico que nos lleva a independizarnos y crear nuestro propio sistema familiar.
Pero no nos vamos con lo puesto. Nos llevamos también una maleta de vivencias, creencias y una forma de ver el mundo.
Lealtades familiares que pueden influir en nuestra partida
La fidelidad inconsciente que adoptamos con algún miembro de nuestra familia es un compromiso conocido como “lealtad familiar”. Impulsa a que los miembros de un grupo familiar cumplan unas obligaciones y normas no escritas.
Si, por ejemplo, mis abuelos tuvieron que emigrar para escapar de la pobreza y mis padres se mudaron varias veces por mejores condiciones para sus hijos, yo decido vivir en diferentes lugares y no tener hijos. De este modo, puedo encontrarme viviendo en la polaridad contraria para compensar las dificultades que tuvieron mis familiares.
Podemos preguntarnos: ¿Qué historia puedo estar repitiendo de la misma forma o complementaria? ¿Qué de lo que hago lo decido libremente?
Viajar a nuestro interior
El viaje hacia nosotros mismos empieza por aceptar quiénes somos y de dónde venimos. Darnos cuenta de que nos hemos abandonado y de que las historias que nos hemos contado ya no nos representan, puede indicarnos que estamos listos para comenzar el periplo/o travesía personal que implica generar una nueva identidad.
Cuando nos decidimos a seguir nuestros instintos podemos encontrar resistencias. Tal vez escuchemos frases como: “Dónde vas a estar mejor que aquí”, o, “Con tu familia tienes todo lo que necesitas”.
Las personas a nuestro alrededor nos van a reflejar nuestros miedos e inseguridades. Podemos aprovechar esos mensajes que recibimos de ellas como estímulo para iniciar el camino al interior y completarnos.
Regresar del pasado con una nueva conciencia
Un viaje por nuestras creencias, compromisos adquiridos inconscientemente y relaciones conflictivas nos va a ayudar a descubrir nuestro yo auténtico.
A medida que nos vamos conociendo, vamos ampliando nuestra conciencia. Y en esa misma medida, aumenta nuestras oportunidades y caminos. No es un fin al que debamos llegar, significa aprovechar las vicisitudes de la vida para seguir avanzando. Encontrar obstáculos y poder superarlos es lo que nos definirá.
El propósito final del viaje
La verdadera finalidad de cualquier viaje es comprender que, independientemente de dónde estemos y qué estemos haciendo, nos vamos a experimentar a nosotros mismos.
Cambiar nuestra percepción puede dirigirnos hacia nuevas metas y lugares, donde nuestra conciencia es la brújula que nos indica el lugar a donde queremos llegar. Para ello debemos acallar las voces externas que nos limitan y utilizarlas para hallar nuestra plenitud.
Sólo tú te pones límites. El viaje empieza y termina en ti.
Si quieres seguir profundizando sobre este tema, puedes acceder a este material en nuestro canal de Spotify y de Youtube:
En esta conferencia Enric Corbera nos invita a aprovechar las circunstancias de nuestra vida para hacer un viaje al pasado y volver con una nueva percepción.
En este vídeo David Corbera explica cómo aprovechar nuestras inquietudes y una llamada a la aventura para nuestro desarrollo personal.
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Si, me ha resultado muy interesante creo ke nadie escapa venimos d un árbol con una historia familiar ke sanar pra luego trascender
No hay límites , ni tiempo gracias x compartir